-Y
dicen que yo estoy loco.
La película fía todo a las interpretaciones de Elijah Wood (el agente del FBI Bill Hagmaier) y Luke Kirby (el asesino en serie Ted Bundy). Pero por más acertadas que sean las actuaciones de ambos no es suficiente.
El carácter excesivamente documental hace daño a la narrativa. La excesiva fidelidad puede tener valor analítico pero no ayuda al cine. Es una película basada en las conversaciones entre el agente y el psicópata. Eso es difícil de llevar aunque la cámara trate de moverse con regularidad.
Hay defectos en ciertos recursos que se buscan y que no acaban de funcionar pero el principal problema de la película es que no hay ninguna tesis detrás. En una historia así hay que arriesgar y, acertadamente o no, apuntar en una dirección sobre los porqués de Ted Bundy. No llegamos a conocerle. Y tampoco entendemos bien del todo a Hagmaier. Hay muchos referencias biográficas, datos fríos, asépticos, ciertos. Pero poca psicología.
Me habría interesado mucho más, por ejemplo, profundizar en la abogada. Ahí hay un conflicto muy sugerente. O sobre esa chica del equipo de filmación que aparece en una escena muy extraña y que no acaba en nada.
La película fía todo a las interpretaciones de Elijah Wood (el agente del FBI Bill Hagmaier) y Luke Kirby (el asesino en serie Ted Bundy). Pero por más acertadas que sean las actuaciones de ambos no es suficiente.
El carácter excesivamente documental hace daño a la narrativa. La excesiva fidelidad puede tener valor analítico pero no ayuda al cine. Es una película basada en las conversaciones entre el agente y el psicópata. Eso es difícil de llevar aunque la cámara trate de moverse con regularidad.
Hay defectos en ciertos recursos que se buscan y que no acaban de funcionar pero el principal problema de la película es que no hay ninguna tesis detrás. En una historia así hay que arriesgar y, acertadamente o no, apuntar en una dirección sobre los porqués de Ted Bundy. No llegamos a conocerle. Y tampoco entendemos bien del todo a Hagmaier. Hay muchos referencias biográficas, datos fríos, asépticos, ciertos. Pero poca psicología.
Me habría interesado mucho más, por ejemplo, profundizar en la abogada. Ahí hay un conflicto muy sugerente. O sobre esa chica del equipo de filmación que aparece en una escena muy extraña y que no acaba en nada.
Sí me ha sorprendido que presenten a Bundy como un don nadie, sin el magnetismo ni el carisma con que suele exhibirse a los asesinos en serie.
Más allá de su valor textual no aporta gran cosa al género.
Más allá de su valor textual no aporta gran cosa al género.
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