19/9/21

Cuentos al caer la noche

Me gusta. Una mezcla moderna de
Hansel y Gretel con Las mil y una noches. Un niño y una niña atrapados en el apartamento de una bruja (muy bien Krysten Ritter, comedida en su chaladura). El niño viene a ser una especie de Sherezade, forzado a contar cada noche un cuento de terror a la bruja si quiere seguir vivo.
Me gusta. Por su peculiar estética, diferente para los cuentos, para las diversas estancias del apartamento, con atmósferas originales y apropiadas. Además combina el terror con divertidos toques de humor.
Me gusta, sobre todo, por esa metáfora acerca de la creatividad de los niños. La bruja Natacha es más bien una crítica, una correctora de estilo, que les espolea a buscar la verosimilitud de la obra literaria, a ajustarse a las reglas de la propia ficción, a documentarse, a evitar la ñoñería, a esquivar el peligro de los finales felices, a poner atención en los detalles… Y, especialmente, a indagar en los secretos que se ocultan dentro de uno mismo.
Un cuento ciertamente terrorífico, no apto para los más pequeños, que tiene su fondo y algo que contar. La metáfora principal puede ser obvia, pero tiene sus capas. El giro sobre la bruja Natacha puede ser previsible, pero desde luego no es complaciente.
Mejor de lo que esperaba.

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