21/12/19

Freaks


Una sorpresa. Quizá la última del año. Me ha gustado mucho su planteamiento, su giro a otro género hacia el que te han dejado pistas, el modo de resolverlo.
Chloe tiene 7 años y nunca ha salido de casa. Su padre la mantiene encerrada porque dice que quieren matarles los malos. El padre sólo sale de la casa, ocasionalmente, para comprar suministros. Un día llega el heladero Snowcone y logra que Chloe salga de casa. Quizá papá no estaba tan trastornado como parecía.
Durante el primer tramo nos muestra una historia de padre chalado e hija secuestrada. Pero hay diálogos, situaciones e imágenes en la tele que te dejan ver que ahí pasa algo más. Snowcone va a descubrirle a Chloe muchas cosas que ignoraba y la niña tendrá que aprender rápidamente quién es ella y cuando confiar en unas personas o en otras.
Si de mí dependiera pondría a Zach Lipovsky y Adam B. Stein (directores y guionistas) junto a Julia Hart (la directora de Fast Color) a dirigir todas las películas de superhéroes de DC y de Marvel. Dejándoles libertad, claro. Porque demuestran originalidad. O, al menos, perspectivas diferentes. Y con un presupuesto evidentemente ridículo sacan oro de las estrecheces.
La película se sostiene no por un aluvión de efectos especiales sino porque, en su mayor parte, el drama funciona muy bien. Es un historia con fuerza, con momentos que impactan y con una ambigüedad que no te deja tranquilo. Porque esa niña (y te pones de parte de la niña) se las trae. Y sabes que en el futuro…
Hay algunas escenas interesantes en sus juegos visuales y que aportan unos toquecillos de humor.
Muy bien Emile Hirsch y Bruce Dern. Amanda Crew y Grace Park logran transmitir intensidad pese a la brevedad de sus papeles. Y Lexi Kolker, la niña, está perfectamente elegida. Todo está en su sitio en esta peli.
Inquietante, a ratos perturbadora y con la suficiente fuerza como para mantenerte atento en el sillón.

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