Por
lo que se dice, aunque sin la existencia de datos fiables, la película favorita
de la mayoría de la gente para las fechas de Navidad es Qué bello es vivir. En Estados Unidos me parece que es
obligatoria. Ya dije alguna vez que yo prefiero Un gángster para un milagro.
Pero
eso se refiere a interés cinematográfico. Porque la peli navideña, que más
veces he visto por Navidad, es La
jungla de cristal. Menuda gozada.
Sabía
que Trauma Center no me iba a
dar lo mismo pero tampoco esperaba que fuera tan mala.
Una
chica ve algo que no debe: dos polis corruptos matan a otro poli. La chica,
herida, va al hospital. Bruce Willis investiga qué está pasando.
La
protagonista es la chica (Nicky Whelan) que las pasa canutas huyendo por
las salas del hospital. Casualidades, inverosimilitudes, asesinos torpes,
pistolas que se caen continuamente, planificación malísima, peleas que parecen
de 1920… Y mientras ella hace de John McClane venida a menos, Bruce Willis
anda por ahí investigando tonterías. El guión es tan malo y la dirección tan
pésima que le obligan a habar a solas explicando lo que está pasando.
En
fin, es un horror. Un trauma. Pero siempre hay gente que aprecia lo cutre de la
serie B tirando a Z.
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