Es
inevitable compararla con Your Name
por dos motivos. El primero de ellos es porque ambas se desarrollan en un mismo
universo. Los protagonistas son distintos y la trama se desenvuelve en otros
parámetros, pero el autor incluye deliberadamente a Taki Tachibana y Mitsuha
Miyamizu, los protagonistas de Your
Name haciendo, llamémoslo así, su cameo.
El segundo motivo es la temática: el tiempo. No el climatológico, relevante,
desde luego, sino el tiempo como transcurso vital. Este tiempo es el motor, la
motivación y la preocupación de ambas películas. Qué hacemos con el tiempo que
se nos da, cómo lo utilizamos en la relación con los demás.
Así
que comparemos. El tiempo contigo
es técnicamente aún superior a Your
Name. Unos dibujos maravillosos, una tratamiento magnífico de la luz,
un esmero prodigioso para captar tonalidades. En ese sentido alcanza un nivel
superior.
La
trama, sin embargo, me seduce menos. Si Your
Name tiraba por la ciencia-ficción y se prestaba a una interesante
ambigüedad interpretativa, El tiempo
contigo se inclina por la fantasía y eso hace que el anclaje se diluya.
Quizá tiene momentos más poéticos pero también es más caprichosa en su
narrativa. No es ambigüedad, es confusión. Hay un algo de aleatoriedad que me
impide entrar a la historia de ese chico que escribe y esa chica que controla
la lluvia.
Your Name ya era difícil para gran parte del público.
Ésta lo es aún más. Al menos, personalmente, no he logrado conectar tanto. Y
pese a ello tiene momentos fascinantes, bellísimos, de una pulcritud muy
meritoria. Satisface más por su estética que por su historia.
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