Hace
ocho años que no llueve. La única solución que se ha tomado es seguir subiendo
el precio del agua. Una mujer huye de algún lado hacia ninguna parte. Ninguna
parte es un pueblo llamado Garrison.
Me
ha gustado mucho esta peli de gente con superpoderes. No superhéroes ni
supervillanos. Gente con superpoderes. Tres generaciones de una familia: nieta,
madre, abuela. Lila, Ruth y Bo. Tres mujeres que viven tratando de pasar
desapercibidas.
Película
independiente que se estrenó en unos pocos cines americanos, que la crítica,
muy justamente, elogió y que, ahora, puede convertirse en una serie.
La
protagonista es la madre, una espléndida Gugu Mbatha-Raw. Y no quiero
desvelar nada más de la trama súper ni de la familiar. Ambas son muy buenas. Película
muy bien desarrollada, planificada, montada, fotografiada. Ritmo sosegado para que uno pueda contemplar la dinámica. En el polo opuesto de los tiros y explosiones a los que acostumbran estas pelis.
El
peso recae en la relación entre las tres. Una delicia. Pero no desatiende lo
fantástico que depende, en buena medida, de esa relación fabricada de amor y
encontronazos.
Nada
más. Ponte a verla. Merece la pena.
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