Pues
nada, otra más de superhéroes. Digamos que no entra a formar parte de las del
montón porque tiene una perspectiva algo diferente, al igual que Wonder Woman, pero sin llegar
tampoco a la calidad de ésta.
Hay
que reconocer que la parte superheróica deja más bien frío. Es lo que hemos
visto 50 veces y lo que veremos otras 50 si Dios no lo remedia. La gracia de la
peli está en todos esos gags que propicia el hecho de que un quinceañero se
transforme en un tiarrón de treinta y tantos años con superpoderes.
Ahí
me he divertido. Con algunos gags me reí muchísimo. La cuestión es que, aunque
sea una película entretenida, no va mucho más allá. Te ríes con las gansadas
pero el recorrido dramático es muy corto. Y eso que daba para bastante más.
Mira tú lo mucho que se podía explorar la casa de acogida y cada uno de los
chavales que viven en ella. Y la madre desaparecida. Pensé en The Umbrella Academy. Todo eso se
apunta, se desarrolla mínimamente para manipular al espectador en la dirección
que quieren apuntar en cada momento y a por más tortas.
A
diferencia de Aquaman no se
toma en serio a sí misma y eso es muy bueno. De hecho, la segunda escena
post-créditos es una broma a costa de la anterior peli de DC.
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