19/4/19

Del pesebre a la cruz


Vidas de Jesucristo hay muchas. Louis Lumière ya hizo una, en 1898, sólo tres años después de que apareciera el cine. Uno de los directores que se especializó en películas de peplum fue Sidney Olcott. Realizó en 1907 la primera versión de Ben-Hur y demostró que tenía dotes cinematográficas, tratando de alejarse de lo teatral.
Así que era lógico que le encargaran una película sobre Jesucristo en 1912. No era muy frecuente el rodaje en exteriores en aquellos momentos, así que lo más llamativo de la peli es que hay muchas secuencias fuera de plató.
No se puede decir que sea un peliculón pero tiene sus cositas interesantes. En una hora trataba de contar el evangelio entero e, inevitablemente, su estructura es muy episódica, con grandes elipsis y fiada a que el espectador ya conoce la historia.
Sin embargo, ese rodaje en exteriores, propicia unas cuantas escenas llamativas, algunas con encuadres atrevidos y muy bonitas estéticamente.
Si quieres algo distinto y de sólo una hora, es una posibilidad. No vayas esperando grandes efectos especiales: no verás cómo el agua se convierte en vino y lo de caminar sobre las aguas queda bien raro. Pero es lo que había entonces.

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