22/9/24

Sector 36

-También he servido al sistema todos estos años. Ahora sólo sirvo a mi conciencia.
Delhi, 2005. El subinspector Pandey es un poli corrupto y no pone ningún esfuerzo en investigar las decenas de niños inmigrantes descuartizados en el sector 36. Hasta que un hombre enmascarado intenta secuestrar a su hija.
Si esta película la dirige Scorsese (tal vez la dirija algún día, no sería la primera vez que hace un remake) o, simplemente, si hubiese salido de Estados Unidos, sospecho que habría sido un éxito en los cines. Es una película muy bien dirigida, con una maravillosa labor de fotografía, bien montada, con ritmo. Con una historia terrible que sabe cuándo soltarte los mazazos. Si hubiese sido de Hollywood habría muchísima gente hablando de ella.
El sistema. Muy interesante. La corrupción como sistema, como institución, como organización del Estado. El sistema, pensado para progresar, para avanzar profesional y políticamente. La corrupción con un nombre oficial.
Pero ten cuidado cuando asciendes porque dejas detrás muchos asuntos sin control, en manos de un nuevo corrupto que tal vez ve más lejos que tú.
Desde el principio conocemos a Prem, el asesino en serie. Cómo evoluciona la trama me gustó mucho: la corrupción policial, lo fácil que es llegar al asesino si se pone interés, las capas de protección del culpable gracias al sistema...
Hay una secuencia, la declaración de Prem, que te deja pegado al asiento. Aberrante, indiferente, brutal, desapasionada, cafre, desganada. Hay algo que va más allá de los psicópatas tradicionales, más allá de Seven o El silencio de los corderos. Ahí los psicópatas son conscientes de su maldad y se regodean en ella. Prem es inmune a la moralidad. Le da igual. Y piensa que todos deberíamos ser como él. Qué bien rodada e interpretada. Qué potencia en su sobriedad. 15 o 20 minutos de depravación revistiéndose de virtud.
Un final desolador con un epílogo que tal vez, sólo tal vez, traiga algo de esperanza.
Hay momentos muy crudos.
Muy buena. Para mí se ha convertido en un clásico de las pelis de psicópatas. Aditya Nimbalkar es el nombre del director que hay que esforzarse en recordar.

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