21/1/24

South Park: Joining the Panderverse

-Pongan una chica y háganla gay. Y que sea patética.
Creo que solamente había visto el primer episodio de South Park, allá cuando se estrenó en el siglo pasado. Pero este mediometraje ha sido tan comentado y citado que casi resultaba obligatorio.
¿Es gracioso? No sé qué decir. Porque es absolutamente real. Es terrorífico tener que emplear el sarcasmo de una película de animación para poder expresar todo lo que está mal en Disney, en las ideologías políticamente correctas, en el mundo. Hay que usar esa acidez animada para camuflar la verdad y que no te cancelen. Así puedes decir: es un chiste, es una broma, son dibujos animados.
Pero es la realidad.
La cuestión es que Trey Parker y Matt Stone se dedican a soltar una serie de puñaladas (verdades como puños) al Disney contemporáneo, a las pifias de Kathleen Kennedy, a la sumisión de Bob Iger a los inversionistas, a cómo la ideología woke destruye las historias y cómo el multiverso hace lo propio con los guiones: hagamos siempre la misma película con moralina progre y el mínimo esfuerzo posible.
De paso, construyen una segunda trama en paralelo, sacudiendo a la Universidad, su alejamiento del mundo real, su desconexión del mundo laboral y de las empresas. En el fondo, como hemos visto últimamente con la dimisión de la rectora de Harvard, es el mismo tema: la Ivy League está tan obsesionada en difundir la ideología woke que pierde alumnos, ingresos e inversiones a raudales. ¿Es divertida esa crítica? No sé. De nuevo: es aterradoramente real.
Me gusta el chapuzas enseñando hucha, con abrigo de pieles y camiseta de Waffle House.
El capítulo acaba con un final feliz, una propuesta bastante sabia y constructiva que, por desgracia, no ha ocurrido.
Tal vez en un universo paralelo. No en éste.

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