25/1/24

Golpe de suerte

-Era mejor no darle muchas vueltas.
La trama de Golpe de suerte es la misma que la de Vidas pasadas pero en versión Woody Allen. Es decir: justo al revés. Con gente inconscientemente frívola tomando las decisiones más inadecuadas.
Están ella, el marido y el extranjero que reaparece después de muchos años, el chico del instituto que, en secreto estuvo colado por ella. Lo que pudo ser, sí, como en Vidas pasadas, pero aquí no se conformarán con el azar, el destino o lo que sea que hay. Aquí querrán que sus deseos se cumplan. Si es preciso con algún asesinato.
Hay una cosa que me gusta mucho en esta película: la claridad de raciocinio con que Fanny analiza su adulterio. Estudia en cada paso los errores que está cometiendo, se conoce bien, percibe la situación por completo. Sabe con clarividencia total que está cometiendo un error. Y pese a todo cede a él. No se excusa ni se engaña. De ahí que la culpa sea tan contundente.
También me gusta cómo surge la persona que investiga. Es fluido, un poco inesperado. La aparición del detective aficionado está bastante lograda.
La primera escena de caza, apenas unos segundos, es una de las peor rodadas que he visto en mi vida. Woody Allen no sabe ni lo que significa el verbo cazar. Y le da igual. Sólo le interesa asentar que ese tipo caza. La secuencia del asesinato me parece muy bien rodada. Una elipsis lograda y un montaje de diversos escenarios y acciones...
Luego viene lo que a mucha gente se le olvida: las consecuencias.
No hay humor. No es el Woody Allen chispeante, ocurrente, bromista. Los diálogos siguen siendo buenos y ágiles pero ha suprimido la comedia casi en toda la película. Eso no es ni bueno ni malo. Está en su derecho. La peli es suya. Pero yo lo he echado de menos. Me habría gustado ver a Valérie Lemercier hacer un poco más el ganso.
Me sorprendió que hubiera tantos travelling en el interior de las casas, deslizándose atrás y adelante en pasillos agobiantes.

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