De
una serie de éxito, con frecuencia, surge una película. No es mala idea, claro.
Pero hay que tener en cuenta, al menos, tres aspectos. El segundo aspecto es
contar con un mayor presupuesto. El tercero es que la serie haya sido realmente
un éxito. El primero es que la peli sea mejor que la serie.
El
presupuesto sí es mejor. Tampoco una locura, pero se nota un mayor nivel de
producción. Más escenarios, toque exótico. Tengo mis dudas de que Miss Fisher’s Murder Mysteries haya sido un éxito. Tres
temporadas no están mal pero tampoco es nada especial. Los niveles de audiencia
tampoco estaban por las nubes.
Año
1929. Miss Phryne Fisher ha llevado su trabajo detectivesco de Australia a
Jerusalén y busca a una mujer desaparecida. Los británicos no están muy
contentos con sus actividades. Y de ahí a Londres y Palestina.
La
peli se vende como un caso para la heroína detective con el añadido de la
aventura: arqueología, maldiciones, una joya misteriosa… Y ahí, en la aventura,
fracasa por completo. Cuando quiere parecerse a Indiana Jones da mucha penita. Y también parcialmente en la
cuestión policial porque no es más que un capítulo extendido –demasiado
extendido- de la serie.
Bastante
decepcionante. Prometía mucho más de lo que realmente da. Se queda en un
telefilm de sobremesa. Le salvan esas ocurrencias locas de Miss Fisher.
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