Lalo
será todo lo capullo que quieras pero al menos dice lo que todos pensamos: que
Kim está muy por encima de las posibilidades de Saul. Y repito lo que ya dije
en otras ocasiones: pobre Kim.
Tanto
en Breaking Bad como en Better Call Saul está presente esa
idea. Que no conocemos a la gente que tenemos al lado, que el amor nos ciega.
¿Qué rayos hace Kim con Saul? ¿Cómo es posible que no se dé cuenta de que está
casada con un impresentable?
Y
mientras él busca dinero y más dinero corriendo riesgos cada vez mayores, ella
busca alejarse de los grandes bufetes y ayudar a la gente común. Él con la
conciencia anestesiada, ella cada vez más sensible, tratando de llenar un
vacío. Compensando por los dos. O no. Porque en ocasiones aparece su mala leche, su deseo de venganza, su retorcimientos inesperado. Lo decía hace poco Vince Gilligan: ya sabemos quién es Saul y aunque la serie lleva su nombre la verdadera pregunta es: ¿quién es Kim?
Saul lo pasa mal. Muy mal en esta temporada. Esa odisea en el desierto es
completamente traumática. Y pese a todo sigue provocándose problemas a sí
mismo. Un deseo impulsivo de cavarse una fosa cada vez más grande.
Hemos
tenido algunas sorpresas esta temporada, particularmente la presencia de un
personaje. Queda un viaje más, queda la temporada siguiente. El arco se cerrará
y la unión con Breaking Bad
quedará completa. Supongo que, en el futuro, compensará verlas en su orden
cronológico.
Muy
buena.
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