-En
mi país un gramo de sospecha equivale a un cien por cien de probabilidad de que
te maten.
Un
francés islamizado anda por Siria cortando cabezas para el Daesh. Nadia sigue
secuestrada a la espera del mejor postor. Y Paul Lefebvre maniobra para
controlar a la informadora de Irán y cambiarle la misión.
Pero
no son los únicos temas que toca. Me parece muy inteligente cómo despliegan las
consecuencias de las tramas abiertas. Y ahora, cuando oigo que bombardean tal
sitio o tal otro y nadie sabe el porqué, entiendo que detrás hay tejemanejes
imposibles de adivinar. Para hacer algo por alguien haces algo por un primo de
otro alguien y así consigues algo de algún tercero o cuarto. O cómo destrozar
la reputación de alguien con un papel falso.
Lo
mejor es que se trata de una continuación muy natural de la primera temporada.
No suena a forzada, fluye con lo que conocemos, añade algún personaje, saca más
partido a lo que tenía.
También
me gusta que los personajes secundarios tengan bastante protagonismo. No se
olvidan de ellos, no son meros comparsas. A veces ponen en marcha otras
acciones o decisiones importantes. En la primera temporada estaba bastante
logrado, pero ahora resalta mucho más el reparto coral y eso le beneficia. La
que más pierde es la doctora Balmes.
Me
encanta La Mula. Y Henri, con la mosca tras la oreja permanentemente. Y los dos
morlacos que ponen el músculo. Y la referencia a Tintín.
En
el 2x05 ocurre algo importante y no acabó de convencerme del todo el modo de
tratarlo. Un extraño sí pero no. Ahora bien: eso sirve para lanzar la serie hacia
el único derrotero posible. Ya sabemos que no es una serie americana y que esto
no puede acabar bien para Lefebvre. El final es un anzuelo imposible de eludir
para la siguiente temporada. Aunque me resistiré unos días antes de lanzarme a
por la tercera. Es una serie para ver con calma, no para maratonear.
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