19/4/20

Oficina de infiltrados. Temporada 2

-En mi país un gramo de sospecha equivale a un cien por cien de probabilidad de que te maten.
Un francés islamizado anda por Siria cortando cabezas para el Daesh. Nadia sigue secuestrada a la espera del mejor postor. Y Paul Lefebvre maniobra para controlar a la informadora de Irán y cambiarle la misión.
Pero no son los únicos temas que toca. Me parece muy inteligente cómo despliegan las consecuencias de las tramas abiertas. Y ahora, cuando oigo que bombardean tal sitio o tal otro y nadie sabe el porqué, entiendo que detrás hay tejemanejes imposibles de adivinar. Para hacer algo por alguien haces algo por un primo de otro alguien y así consigues algo de algún tercero o cuarto. O cómo destrozar la reputación de alguien con un papel falso.
Lo mejor es que se trata de una continuación muy natural de la primera temporada. No suena a forzada, fluye con lo que conocemos, añade algún personaje, saca más partido a lo que tenía.
También me gusta que los personajes secundarios tengan bastante protagonismo. No se olvidan de ellos, no son meros comparsas. A veces ponen en marcha otras acciones o decisiones importantes. En la primera temporada estaba bastante logrado, pero ahora resalta mucho más el reparto coral y eso le beneficia. La que más pierde es la doctora Balmes.
Me encanta La Mula. Y Henri, con la mosca tras la oreja permanentemente. Y los dos morlacos que ponen el músculo. Y la referencia a Tintín.
En el 2x05 ocurre algo importante y no acabó de convencerme del todo el modo de tratarlo. Un extraño sí pero no. Ahora bien: eso sirve para lanzar la serie hacia el único derrotero posible. Ya sabemos que no es una serie americana y que esto no puede acabar bien para Lefebvre. El final es un anzuelo imposible de eludir para la siguiente temporada. Aunque me resistiré unos días antes de lanzarme a por la tercera. Es una serie para ver con calma, no para maratonear.

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