Estamos
en Seara, Portugal, cerca de A Raia, esa difusa frontera geográfica,
política y cultural que separa Portugal de Galicia. O que une. Hay
incendios y a Seara vuelve la hija del Habaneiro. Es periodista y es
odiada por todo el mundo.
Anteayer
defendí a M3GAN 2.0 y luego descubrí que las
calificaciones de crítica y público eran bajísimas. Pero sostengo
lo que dije. Hoy ya he visto las calificaciones de Lume
(malas) pero también voy a defenderla.
Empiezo
con lo negativo.
La
serie quiere ser tan naturalista que alarga las conversaciones hasta
extremos agotadores. Un ejemplo: Lucía intenta convencer a Xan de
que vuelva a casa de su madre. Minutos de autenticidad. Y el
espectador suplica que Xan se deje convencer de una puñetera vez.
Hay decenas de situaciones así. Como si no conocieran la elipsis.
Resulta imposible para los actores sostener ciertos diálogos y
situaciones (esa bronca del GNP en el último capítulo es una
pesadez).
Lo
malo está en ese guion de circunloquios, redundancias, charlas
entremezcladas… Un poco como le pasaba a Sherlock and Daughter.
Pero
qué bien dirigida está. Dirige
Sérgio
Graciano
unos capítulos y Giselle
Llanio
otros.
A
veces colocan
la cámara en lugares insospechados (extremo de un hato de
periódicos, por ejemplo). O
cosas como ese
dron que cambia de escena (como el sol de Lawrence
de Arabia)
o
travellings
poco llamativos pero difíciles de ejecutar.
Me
fascina lo bien que juegan con el fuera de campo, la profundidad de
campo, reflejos… En el capítulo 2 Graciano usa ese recurso
con una habilidad imponente y una eficacia que raras veces se ve.
Es
una de esas series en las que guion y dirección se dan de bofetadas.
Pienso que la dirección lo salva y que gracias a ella, la trama,
algo simple, logra sostenerse hasta el final.
En
el apartado interpretativo hay de todo. Pero ya digo: algunas veces
les piden a los actores cosas imposibles. Cristina Castaño
unas veces está bien y otras veces hace lo que puede.
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