Alison
trabaja en las cocinas del comedor de la comisaría de policía. Es
sorda. La policía le pide ayuda para leer los labios de una banda
criminal. Alison acepta pero empieza a hacerle tilín un tipo de la
banda llamado Liam.
Estaba
seguro de que la trama se desmoronaría más pronto que tarde. Me
sonaba a pastiche sentimental con giros que no son giros sino
caprichos de magia. Y aguantó el primer capítulo y el segundo… Lo
que iba sucediendo era tolerable, lógico, con decisiones más o
menos cabales que cuadraban con la personalidad de la protagonista,
necesitada de dinero, de reconocimiento, de aventura… Alison
encuentra adrenalina, romance y un puzle con el que puede demostrar
su inteligencia.
Así
que sí. Se sostiene. Y muy bien. Hay muchos elementos interesantes.
Los polis buscan su revancha particular, Alison y Liam juegan el uno
con el otro al tiempo que van intimando, hay un atraco de altos
vuelos, hay drama…
Rose
Ayling-Ellis lo hace muy bien. Es un personaje muy complejo, con
muchos matices, que tiene que expresar muchas cosas diferentes al
mismo tiempo: está enamorada, sabe que él va a cometer un delito,
quiere salvarlo, tiene que denunciarlo… Y está la historia con su
madre y el desalojo… Y su padre.
Me
ha gustado la historia. Obviamente el equipo de policías no está
tan profundamente trabajado como Alison pero para tratarse de
secundarios también tienen sus capas psicológicas detrás.
Es
entretenida y se sale de los cauces habituales de las tramas de
investigación policiales. Ofrece algo lo suficientemente diferente
como para que mantengas la atención en todo momento.
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