Lo
digo en serio: Disney, retírate. Deja paso a los
que saben. La técnica y el estilo es similar. Pero el detallismo, la
espectacularidad y la imaginación que despliega la película china
son abrumadores.
Es
una continuación inmediata de la primera película. Ne Zha y Ao Bing
tratan de recuperar sus cuerpos para sendas almas. Pero la cosa no
sale bien y ambos acaban ocupando el mismo cuerpo.
La
mitología china es desconcertante. La película es un batiburrilo de
misticismo y folclore. Construye personajes complejos. No digo que
sea malo, pero el relato no es exactamente para niños. Tiene algunas
cosas que sí parecen dirigidas a ellos (ese humor ligeramente
marranete de mocos, pedo, pis) pero hay ambigüedad en las acciones,
drama, muertes… La introducción de un nuevo personaje, Xiaobao,
hermano pequeño del malvado Shen, dinamita cualquier concepto
maniqueo y de ese modo potencian la capacidad de elección, la
libertad para escoger entre el bien y el mal. La historia de Xiaobao
es el drama potente de esta segunda parte y la que pienso que no hace
apta la película para niños. Es una trama breve pero es el
desencadenante de un relato con sus
puntos de
oscuridad.
Sobra
bastante metraje de peleas, aunque supongo que ése es, precisamente,
el reclamo para muchos. De cualquier modo está claro que el
virtuosismo técnico es arrollador. Agua, fuego, hielo, escenas de
masas, dioses, reyes dragones, magia… Visualmente muy potente. En
los últimos 20 minutos alcanza proporciones gigantescas.
Hacen
una parodia muy divertida sobre Blancanieves
y el Espejo Mágico. Me sigue fascinando la gestualidad de Ne Zha.
Hay una escena postcréditos bastante larga que aventura cómo será
la tercera parte.
Pese
a los 140 minutos tiene buen ritmo, entretiene y juega bien con los
golpes de humor irónicos.
Recaudación
de 2 mil millones de dólares. Fíjate cómo funciona el capitalismo
del comunismo chino.
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