4/6/25

Death Valley. Temporada 1

-Yo soy la inspiración. Tú la transpiración.
Qué bien matan los británicos. Por lo menos desde Agatha Christie. Qué crímenes tan amenos, simpáticos y agradables. No es Ludwig, ojo. Ludwig está en una categoría superior. Otro nivel.
Pero estas series de asesinatos rurales, series pequeñitas, deberían haberse agotado hace medio siglo y siguen funcionando gracias a la peculiar relación de sus dos protagonistas. Por lo menos desde Sherlock Holmes.
La pareja está compuesta por Timothy Spall interpretando a John Chapel, actor retirado que otrora dio vida a un detective televisivo, y por Gwyneth Keyworth que -aparte de tener demasiadas “w”, “th” e “y” en su nombre- interpreta a la encantadora detective Janie Mallowan con un increíble talento para la comedia.
Puedes pensar que la serie es todo lo ligera que quieras, pero la interpretación de Spall es buenísima. Keyworth, con su carita ingenua y aniñada, funciona extraordinariamente bien como contrapunto.
Además le sacan partido a las psicologías de ambos. Janie busca ascender y se sirve del actor para lograrlo pero debe tener cuidado de que no la descubran apoyándose en un civil. Chapel, por su parte, añora los viejos tiempos a la par que los detesta, teme su soledad pero la ama… En esas contradicciones tan humanas discurren los capítulos con las dosis justas de drama y comedia.
Luego le añades la atmósfera galesa y ya está. De hecho, el capítulo 2 transcurre casi por entero como una excursión por el campo, con la oportuna parada en un pub para reponer fuerzas. Y el episodio 5 en un caserón de piedra bajo una lluvia permanente.
Sin complejidades resulta muy atractiva, no aburre y vuelvo a insistir: los dos intérpretes lo bordan. Y un final muy bueno para arrancar con un conflicto cómico la segundo temporada. Si la hay. Espero que sí.

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