Empecemos por lo único que no me gusta: el adolescente imbécil. ¿Por qué el cine está tan lleno de adolescentes imbéciles? ¿Por qué no se manifiestan los adolescentes por ese trato que les dan? ¿No tenían otro medio de seguir la acción? Hay otras cosas inverosímiles como ese hotel-rascacielos austriaco en el que no hay nadie, pero eso se puede aceptar al servicio de la acción.
Creo que lo que interesa destacar de esta película, ya apuntado en la anterior, es que la escuela de John Wick comienza a imponerse. Esos rodajes de peleas tontitas se terminaron. Si quieres hacer una de bofetadas que tenga éxito van a tener que subir el nivel. Los protagonistas empiezan a ser los especialistas, los dobles de riesgo, los tipos que realizan hazañas sorprendentes jugándose el tipo. Tyler Rake utiliza larguísimos travelling, falsos planos-secuencia para ejecutar cosas complejas, coreografías imposibles. Esa extracción de la cárcel es un alarde técnico imponente. Lo del tren también se las trae. Dentro, fuera, en marcha, girando… La sensación de tiempo real, de estar ahí, está plenamente lograda.
El argumento es simple, repite básicamente lo mismo de la primera película, profundiza un poco en el pasado de Rake, pero saben lo que están haciendo.
El guión y el argumento dejan bastante que desear, pero es un entretenimiento de acción bien ejecutado.
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