24/6/23

La puerta mágica

Si te contrata una compañía de metafísicos prácticos o ingenieros paranaturales ya puedes suponer que tu trabajo no será muy normal.
Hay unas cuántas cosas agradables en esta peli. El inicio, por ejemplo, una sucesión de pequeños accidentes y obstáculos que encaminan a nuestro protagonista a su inevitable destino. O la entrevista absurda. O los diálogos torpes con continuas meteduras de pata. Y, por supuesto, esa atmósfera extraña que tan bien trabajan los británicos y australianos (australianos en este caso), sea para Harry Potter o Doctor Who. Y la banda sonora.
Durante buena parte del metraje me sentí a gusto con ese cuento de magia que parecía estar destinado a un público joven-adulto. Hasta que pegan un viraje hacia la infantilización y entonces ya no sabes para quién es. En mi opinión sobra todo lo de los duendes. El último tercio me resultó caótico, confuso y, directamente, malo. Un derrumbe enorme. Prometedora al principio, regular rápidamente y mala en un final sin mucha lógica.
Empezó bien y terminó por parecerme un desperdicio de Christoph Waltz (en su doble papel), Sam Neill y Miranda Otto.

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