Norma Haverhill es una ricachona con unos inmensos jardines que cuida el misterioso Narvel. Norma “pide” a Narvel que acepte como aprendiz a Maya, su sobrina nieta mestiza.
En mi opinión Paul Schrader ha escrito ya excesivas veces el mismo personaje: el tipo sociópata, nazi, racista, en busca de redención. Le sigue funcionando pero quienes conocemos su cine intuimos demasiadas cosas que sucederán. La primera vez que Narvel se quita la camiseta y vemos los tatuajes ya tenemos fabricada el 90% de la película. Sólo nos falta saber el final.
Dicho esto la película está bastante bien. Relega el thriller lo más posible para centrarse en el drama de los personajes. Apenas hay acción y siempre es sobria. Busca la psicología, no el espectáculo.
Tiene a Joel Edgerton, Sigourney Weaver y Quintessa Swindell de trío protagonista y están perfectos en sus papeles.
Me gusta también toda esa metáfora, explícita pero interesante, de la jardinería como redención. Cultivar, arrancar malas yerbas, planear un futuro esperanzador, confiar en que el florecimiento llegará cuando tenga que llegar.
Y me gustan unos cuantos pequeños detalles, como ese empapelado de medusas que Norma tiene en su casa y que tan bien encaja con su carácter.
Le sobra todo lo de la drogadicción de Maya. No parece relevante en su comportamiento y plantea el cliché de la desintoxicación a toda prisa para deshacerse del tema que, para empezar, no debió existir.
Sospecho que no tendrá mucho éxito. Unos pensarán que es lenta, otros esperarán un nivel de violencia y sordidez que no hay, otros querrán una venganza grandiosa. Un Taxi Driver suavizado pero, oye, tampoco todo tiene que ser enormemente traumático.
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