Ya lo he mencionado otras veces: Sorogoyen dirige muy bien. Y maneja estupendamente la tensión.
En mi opinión la trama es lo más flojo. Me parece de muy corto recorrido. 140 minutos son excesivos para lo que hay que contar. No me ha aburrido porque el director sabe sostener lo que sucede. Por ejemplo al introducir la llegada de la hija. Eso mantiene el nuevo metraje pero, por otra parte, ¿no sobra? Creo que no es necesario todo ese tramo para mostrarnos la irrevocable decisión de Olga de quedarse.
Así como la trama me parece su punto más débil lo demás me parece muy bueno. Tiene mérito que algo que puedes resumir en una línea mantenga el interés: fotografía, interpretaciones, montaje… Todo muy bien. Marina Foïs está increíble. Qué miradas, qué control de la gestualidad, qué dominio de la escena. Luis Zahera en su papel de siempre. Me gustaría verle en algo distinto.
No he visto el documental Santoalla de 2016 sobre el crimen de Santa Eulalia, pero creo que es un acierto de la película no poner el acento sobre la investigación del asesinato sino sobre los acontecimientos previos, centrarse en los personajes y en su drama.
Película potente, muy buena. Insisto: esa enfermedad del cine actual por alargarse en exceso es su único punto débil. Habría sido aún más intensa, más agobiante, más esencial, de haber ido al grano. O eso creo.
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