18/2/23

Ellas hablan

Vaya que si hablan. Y qué poco dicen.
Voy a ser breve porque Sarah Polley me cae muy bien y no quiero hacer sangre. Sarah Polley quiere ser Terrence Malick o Michael Haneke o alguien por el estilo. Y, sinceramente, no está a su altura.
Esa fotografía, esos planos, ese estilo emula un determinado tipo de cine “sesudo”. O lo que ella crea que debe ser sesudo. Pero se queda en la forma, en la apariencia. Lo curioso es que ese estilo, aun siendo un sucedáneo de productos más sinceros, es lo mejor de la película.
El fondo, lo que las mujeres hablan, es preocupantemente insustancial. Puro cliché, puro titular de periódico.
Las mujeres debaten sobre las tres alternativas que indica el póster: no hacer nada, quedarse y luchar, irse. Y no hay nada más. Hablan, hablan, hablan. Sin consideraciones profundas. Sin un solo concepto original del que puedas asegurar que ha salido de la mente de Polley. Todo surge de una revista femenina de papel cuché.
Nada esencial. Todo obvio. Muy simple. Un gran reparto poco aprovechado.
Me quedo con la elegancia formal. Sí. Me gustó mucho la fotografía y los encuadres.

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