11/2/23

Los Fabelman

-Necesito ver cómo se estrellan.
Ahí está. Resumida en una frase toda la magia del cine: necesito ver cómo se estrellan. Choques de trenes, de personas, de emociones. Un mundo de percepciones chocando. Y al mismo tiempo tener control sobre ello, sobre los efectos de la imagen en los espectadores.
Hay dos Spielberg. El que hace lo que le da la gana y el que quiere que le reconozcan como autor. Cuando hace lo segundo es bueno (a veces). Cuando hace lo primero es magistral.
Este año ha hecho lo que da la gana. Los Oscar dirán lo que quieran pero es la película del año. Nadie, absolutamente nadie, mueve la cámara como Spielberg. Suave, elegante, musical; brusco, impactante, operístico. Da igual que filme a Michelle Williams tocando el piano o una fuerte escena dramática. Siempre tiene una potencia hipnótica. Esa secuencia en que Sammy monta la película de la acampada no tiene precio. El choque. Ver cómo se estrella. El mundo feliz del adolescente vuela por los aires. Una escena mágica, lenta, muy fuerte.
Dramas sobre la infidelidad se han hecho muchos. Pero pocos son tan minuciosos y filmados con tanta fuerza…
Paul Dano demuestra una contención nunca vista en él y no hay palabras para la interpretación que hace Michelle Williams.
Se pueden decir muchas cosas de esta peli pero es suficiente con recomendarla. Pues hecho: hay que verla. Tiene sus defectos, ojo. Cosas demasiado edulcoradas en el guión, un tratamiento muy superficial de las hermanas y, especialmente, lo muy tontito que es todo lo que atañe a esa novia, ese primer amor. Pero el conjunto es muy bueno.
-¿Dónde está el maldito horizonte?
Qué escena maravillosa el último plano de la película, un chiste cinematográfico muy gracioso.
Y, buf, David Lynch.

No hay comentarios: