7/2/23

Happy Valley. Temporada 3

-Tuvimos otra pequeña pelea. Gané. Obviamente.
Con frecuencia uno (yo, por ejemplo) dice de un guión que está bien escrito. Y generalmente significa que es decente, que engancha, que es atractivo, que resulta coherente y los personajes no son tópicos. Pero bien escrito, lo que se dice bien escrito, de sobresaliente, hay  pocos. Hay que irse a gente como Sally Wainwright. Esto sí que es una barbaridad. Un guión preciso, desarrollado, con ritmo, intenso, varios casos, escenarios… Sin rellenos. Cada palabra tiene su peso. Todo bien integrado, todo donde tiene que estar. Hasta lo de los extraterrestres aporta sustancia a la humanidad de los personajes.
Y luego tiene a Sara Lancashire para interpretar a Catherine Cawood, esa sargento de policía a punto de jubilarse, uno de los mejores personajes que se ha creado para una serie.
Así que sumas un guión de 10 con una interpretación de 10 y después de ver esto no quieres ver otra cosa. Porque lo otro te va a decepcionar. Bueno. No sólo la actriz principal. Es un lujo disfrutar de todos esos secundarios. Con psicología, con alma. Esa conversación, plano y contraplano y primerísimos planos, de 12 minutos con Siobhan Finneran en el 3x03 es magistral. O esa otra del capítulo final, la definitiva, la radical.
Te suprime las expectativas, las reestructura, evade los tópicos, permite que la lógica de la vida actúe. Rompe las plantillas prefabricadas para ofrecerte algo mejor, auténtico. La pelea no es ahí, sino acá; el diálogo no es en ese momento, sino en aquél; un curso determinado de acción cambia ante un acontecimiento cotidiano, sin necesidad de forzar cosas inverosímiles.
Una serie de gran nivel, potente, con secuencias crudas pero, al mismo tiempo, con unos personajes reales, humanos.
La serie ha terminado. Pensé que iban a dejar uno de los casos parcialmente abierto para, quién sabe, en el futuro, tirar del hilo. Pero tienen tiempo de cerrarlo correctamente: sin necesidad de fuegos artificiales.
Unos días duros los de la sargento Cawood justo antes de jubilarse. 30 años cumpliendo con su deber. Como poli, como abuela. Caray con la abuela que tres temporadas nos ha dado.

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