Lo sorprendente de la peli es que funcione. Una mezcla de géneros que contra todo pronóstico logra encajar los engranajes. O, al menos, logra hacerlo a ratos.
Un avión, unos terroristas. En el pasaje va una mujer con su hijo. Pero esa mujer, cuando el caos se desate, se convertirá en una de las cosas más peligrosas de este mundo.
No controlan bien el ritmo. Los flashback sobre el origen deberían profundizar más en el drama u omitirse. Lo que nos ofrecen es innecesario. No cuentan gran cosa y entorpecen la acción. También hay escenas de tensión alargadas caprichosamente en el interior del avión.
Cuando la película se centra en la acción, los tiros y los mordiscos, es cuando está en su mejor momento. Ya arriesga mucho mezclando géneros, no debería ir más allá. La trama principal funciona mejor por sí sola. Hay un toque inesperado. Lo que puede parecer pan comido tiene sus complicaciones. A veces es muy divertida en sus situaciones de más caos.
La escena de la madre y el niño con la puerta del avión abierta al fondo es muy buena. Nos cuenta todo el drama sin palabras.
Sobra metraje, está claramente descompensada, pero es disfrutable siempre y cuando el espectador entre al juego.
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