27/7/21

Bosch. Temporadas 2 a 7.

-Por la verdad y adonde nos lleve.
Creo que lo que más me gusta de Bosch es cómo la gente pronuncia su nombre: miedo, asco, irritación, cabreo, resignación, odio… Ven una noticia sobre él y menean la cabeza alzando los ojos al cielo (Bosch…). Reciben una llamada de él y bufan (Bosch). Acaba de liarla parda y le llama la jefa (¡Bosch!). Y muchas veces acompañado de un insulto contundente.
Bosch. Chapado a la antigua, eficaz, metódico, siempre haciendo lo correcto, buscando la verdad, poniendo a la persona por delante, implacable, terco como una mula, incorruptible.
Personajes bien dibujados, sin clichés. Un ejemplo: Mads, la hija. Es rarísimo encontrar a una adolescente-joven que no es estúpida, que no toma decisiones idiotas, que es madura. Tan raro como una lesbiana tan bien escrita como Billets.
Crate y Barrell (un dúo impagable), Mank… De Mank me gustaría saber muchísimo más. Habría sido el mayordomo perfecto de Downton Abbey. Agudo, sutil, resolutivo desde su silla de atención al ciudadano, al tanto de todo… La ex (ay), J. Edgar, Santiago, la teniente Billets que vale para todo (poner firmes a sus subordinados, protegerlos), Honey “Money” Chandler, abogados, periodistas y tantos otros.
No es The Wire, que es citada en la última temporada. Y agradezco que no lo sea. Menos pretenciosa, más personal. Muestra un Los Ángeles que parece mucho más verosímil del que solemos ver.
Las tramas de investigación están muy bien llevadas. Lógicas, sin casualidades estúpidas, describiendo cómo se hace un trabajo policial.
Vi el piloto. Omití el resto de la temporada. La mayoría de la crítica coincide en que la primera temporada no fue su mejor momento. Pero fue creciendo. Así que, hace un par de meses, decidí ponerme al día. Y merece la pena.
No me importaría una nueva temporada (o más) desde la nueva perspectiva que se apunta al final.

No hay comentarios: