Serie
australiana policiaca. Cuatro capítulos.
Poca
cosa. Podía haberse titulado Una serie de
catastróficas desdichas. Resulta muy inverosímil por el cúmulo de
coincidencias que se dan, por el montaje tramposillo y por las decisiones
bastante absurdas de algunos de sus personajes.
La
pareja de polis sí me gustó. Ella, una poli con experiencia y con un jefe que
no la soporta porque le quita protagonismo. Él, un novato con reticencias para
trabajar con una poli que crea tantos resquemores a su alrededor.
La
cosa empieza con un asesino en serie que ha regresado, que está fichado y al
que sólo hay que detener. Pero las consecuencias que provoca su última
aparición desencadenan situaciones caóticas.
Poco
creíble pero con buen ritmo.
A
diferencia de otras series policiacas que creen que es obligado estar
permanentemente en oscuridad, con tonos fríos y grises, ésta se decanta por el
color y la luminosidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario