Sigo
preguntándome por qué me engancha tanto una serie que sé cómo acaba. Todos
sobemos cómo terminan Saul y Mike y Gus y Nacho y los Salamanca. Y donde,
además, pasan pocas cosas.
Better Call Saul ha seguido el ascenso
imparable para concatenar con Breaking
Bad: Mike trabajando para Gus, Gus construyendo el laboratorio (muy
buena historia), Nacho tratando de dar el salto de unos narcos a otros… Y Saul.
Saul intentando conseguir que le devuelvan la licencia de abogado para poder
convertirse en quien realmente desea ser: un corrupto. Muy buena también la
trama de los móviles y todo lo que conlleva alrededor. Y el cambiazo de los
planos de Mesa Verde.
Oye,
quizá, después de todo, sí que pasan más cosas de las que parecen. El tiroteo de los hermanos Salamanca en ese desguace...
Una
obviedad: Rhea Seehorn, con su personaje de Kim Wexler merecería mucho
más reconocimiento. Una mujer demasiado buena. La mujer más engañada por el
estafador Saul. Kim Wexler. Qué gran personaje y qué gran interpretación.
Porque es dificilísimo aportar tantos matices a un personaje tan sobrio, tan
moderado, con tanta rabia contenida. Podría ser Saul (y a veces se desliza al
terreno sucio) pero se niega a ser como él. Pero está con él. Aunque él, en realidad,
no esté con ella.
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