-Prefiero
ser una mala madre y una mala amiga pero una buena actriz.
Pues
la verdad es que no es una buena película. Me han decepcionado las dos últimas
de Kore-eda.
Fabienne
es una actriz francesa. Acaba de escribir sus memorias con ese título: La verdad. De Nueva York llega su hija
guionista, casada con un actor. Todas las personas cercanas a Fabienne van a
descubrir que en La verdad no hay
nada de verdad, que a veces ni menciona a sus seres queridos y, cuando lo hace, son
cosas imaginadas.
El
nombre de una tal Sarah planea en todas las conversaciones. Pero apenas en el
libro.
Es
interesante el proceso por el que se matizan los recuerdos. No son exactos los
de ella, pero tampoco son los de los demás. Y, por supuesto, mucho menos
accesibles, las motivaciones. Cuando creemos que hay para Fabienne una cierta
redención, vuelve a sorprendernos con una de sus salidas extemporáneas.
Me
parece que Kore-eda ha tratado de hacer una película francesa porque
estaba en Francia. Pero no se encuentra cómodo. No es del todo su estilo ni es
el fondo francés. Queda una cosa muy rara. El director suele controlar muy bien
el ritmo pero aquí se le va de las manos. Todas esas largas secuencias del
rodaje de la película de ciencia-ficción, qué innecesarias son para lo poco que
aportan.
Aunque,
obviamente, si tienes en el reparto a Catherine Deneuve, Juliette
Binoche y Ethan Hawke ya tienes hecha la mitad de la peli.
Impresionantes los tres. Sostienen la película incluso con uno de los guiones
menos interesantes del director.
Mañana
comentaré La última locura de Claire Darling, película con muchos paralelismos (Catherine Deneuve incluida)
con la presente.
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