Un
día a la anciana señora Darling le da por sacar todas las cosas de su casa,
disponerlas en el jardín y venderlas. Antigüedades muy valiosas por precios
ridículos. Está convencida de que se lo ha pedido Dios y de que es el último
día de su vida. Llega entonces su hija.
Al
igual que en la peli que comenté ayer (La verdad) Catherine Deneuve tendrá que resolver conflictos
emocionales que tiene con su hija. Aunque aquí la cosa tiene un poco de morbo
porque se trata de su hija en la ficción y de su hija en la vida real: Chiara
Mastroianni.
Es
una peli más ligera que La verdad, con un tono costumbrista, menos dramático
y con un leve toque mágico. De nuevo son las interpretaciones las que aportan
verdadero valor al film.
Hay
algunas cosas sugerentes. En ese ejercicio de la memoria (memoria confusa) hay flashback que se imbrican con el
presente de modo fluido. A veces tardas un momento en descubrir en qué tiempo
estamos. Y también hay algunos juegos simbólicos interesantes
Se
queda un poco corta con una galería de personajes que auguran más protagonismo
o, al menos, más recorrido, pero que son un mero apoyo para la acción
principal.
Algo
desdibujada y con un final abrupto que te deja con ganas de saber más sobre
cada uno de los figurantes.
Supongo que Catherine Deneuve incluye en sus contratos la posibilidad de que le dejen fumar durante el rodaje porque a sus 76 años no para de hacerlo. En ambas películas.
Supongo que Catherine Deneuve incluye en sus contratos la posibilidad de que le dejen fumar durante el rodaje porque a sus 76 años no para de hacerlo. En ambas películas.
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