6/12/25

Valor sentimental

-¿Será la tristeza la causa de todo lo que pasó?
A veces uno ve una peli tan mala que no quiere comentarla para evitar machacarla. Otras veces uno ve una peli tan buena que no quiere comentarla para que todo sea fresco para el espectador. Ésta es una de esas películas en las que no quiero ni ofrecer mi interpretación, cómo veo las relaciones simbólicas del montaje, cómo voy descubriendo el cruce emocional de los personajes.
No quiero ni contar de qué va.
Veremos cómo se disecciona una familia. El padre ausente, la madre como eje, la relación de las hermanas, la de cada una de ellas con el padre… Ataques de pánico, alcohol, miedo. Vulnerables. Ira, frustración. Soledad.
Me parece una idea fabulosa comenzar con ese relato desde el punto de vista de la casa: ¿qué le gustaba más a ella?
Joachim Trier escribe y dirige. Escribe muy bien y lo eleva con la dirección. Una escritura detallista, minuciosa, que no se pierde en vaguedades gracias a ese montaje de chasquidos. Una vez contado lo esencial, saltamos a otro momento. A veces hay un entrelazamiento emotivo, simbólico, consecuente entre planos. Otras veces son un choque. A veces se imbrica con el proceso creativo, con la exploración artística, como una catarsis o un rezo desesperado.
La incursión de una extraña en la familia. En las grietas de la familia, en las de la casa que lleva generaciones aposentándose.
-Maldita sea. Es Rachel Camp.
La actriz suplente, la mirada de la hija suplantada, la mirada admirada de la otra hermana. Pero las primeras impresiones no son las que cuentan.
Entre el drama hay algún glorioso golpe de humor. El taburete.
Qué contundente final. Así se redondea una gran película para hacerla aún mejor.

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