20/12/25

Avatar: Fuego y ceniza

Sin gustarme, hasta ahora sabía de qué iba
Avatar. Ahora ni eso.
El guion cambia las reglas del mundo Na’vi porque sí. Necesitaban Na’vi malos así que cambian su teología. Si hubiéramos visto a la reina Varang en la primera parte nos habríamos puesto del lado de los humanos. Habríamos tenido razón. La máscara de Spider, de repente, después de 13 años, no es necesaria. Olé. La gente está prisionera o libre mediante excusas absurdas, caprichos en los giros o porque sí. El biólogo marino ecologista que surge de modo espontáneo.
Y un nacimiento virginal. Por favor. Que venga Anakin Skywalker a completar este manicomio. Y puestos a rollos bíblicos pongamos un sacrificio Abraham e Isaac rapidito.
Qué diálogos tan anticlimáticos (¿Juntamos los deditos?).
Visualmente no aporta nada a las anteriores. Aunque podamos decir que el diseño es hiperrealista -¿por encima de los “simples” dibujos animados?- la mayoría de los personajes siguen pareciendo de plástico. Varang, particularmente, nunca me resultó creíble, nunca una “persona”. Y luego hay cosas raras como los brincos aceleradísimos que parecen teletransportación.
Un ejemplo. Son más creíbles los vuelos de Cómo entrenar a tu dragón (siguiendo un punto de vista o encuadrando un movimiento concreto) que esta cámara aérea que se mueve para todos los lados de forma indefinida, cambiando de ángulo incesantemente.
Es una peli de aventuras y la veo como vería Indiana Jones, Tomb Raider, la última de Predator… Sin preocuparme por ciertas incoherencias. Pero es que esto es un desmadre repetido ya en tres ocasiones. ¿Y cuántas decenas de peleas entre Jake y Quaritch tenemos que ver aún antes de que uno muera? Porque seguro que lo que vimos no fue el fin.
A ratos me aburrió muchísimo y eso es algo que uno no espera de una peli de aventuras. Y pretende contarme otras dos veces más lo que ya me ha contado 3. La duración de 197 minutos es una tortura. Pero el problema fundamental sigue siendo: si los Na’vi son malos, ¿por qué no nos lo dijeron antes y a qué estamos jugando? Si son como los humanos, ¿qué importa todo?
Qué pesados, de verdad.

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