Dickens
escribió una vida de Jesucristo a modo de cuento para sus hijos.
Especialmente para Walter. No la publicó en vida. Ni en vida
de sus hijos. Lo consideraba algo íntimo, familiar. Sólo vio la luz
(1934) tras la muerte de todos ellos.
Ahora
salta a la animación. Mi teoría es que si las vidas de Jesucristo
incluyen la crucifixión deberían estrenarse en Semana Santa. Y esta
peli incluye la crucifixión. Estrenarla en Navidad te corta un poco
el rollo.
Es
un producto peculiar. La producción es de Angel Studios y las voces
son de actores de lengua inglesa. Pero el equipo técnico en su
totalidad -dirección, guion, montaje...- es coreano.
Pienso
que el resultado es bueno porque no se complican en exceso la vida.
Van al grano, cuentan unas pocas escenas significativas y rellenan
con la familia de Dickens.
El
dibujo no me parece especialmente bueno. Sí están bien animados los
movimientos y la iluminación de escenas, pero el dibujo se queda
algo petrificado, rígido.
Vamos
alternando entre Dickens
contando el “cuento” a su hijo y las preguntas que él hace con
escenas del evangelio. Lo interesante es que Walter, el hijo de
Dickens, aparece en ambos lugares: como oyente del relato y dentro de
las escenas del Nuevo Testamento. Las transiciones están muy bien
llevadas. Además de lograr con ello algún momento divertido,
también hace que resulte más emocional.
Mi
secuencia preferida es la de Jesucristo caminando sobre las aguas. La
tormenta, la agitación de la barca, Walter flipando mientras mira
por la borda… La escena adquiere un sentido especial pues tiene un
eco hacia el final de la narración, cuando Walter siente,
metafóricamente, que se hunde.
Amable,
algo simple, dirigida claramente a niños. Pero lo dicho: creo que
habría tenido más éxito en Semana Santa.

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