15/7/25

Sovereign

Jerry es soberanista. Se opone al gobierno federal, los bancos, el contrato social. Hay cosas que nos vienen dadas directamente por Dios. Sólo el pueblo es soberano. Nadie puede quedarse con tu casa. Nadie te la ha dado. Es tuya. Jerry y su hijo Joe viajan de pueblo en pueblo explicándole a la gente cómo defenderse de los abusos del gobierno.
Viene a ser El proceso de Kafka, pero aterrizado sobre la realidad americana, la imposibilidad de defenderse porque aunque la Constitución y las leyes te dan la razón, han quedado obsoletas bajo un cúmulo de normativas, procedimientos y burocracia. La estructura es más importante que el contenido. El andamiaje añadido es lo que sustenta todo, no los principios.
Es una película laboriosa, ardua. Mucho discurso, poca cinematografía. Cercana al estilo documental. Chorros de planteamientos sin sustento de la imagen. No pretende ponerse de parte de nadie y ni siquiera que reflexionemos. Simplemente que comprendamos las posturas. Pero eso lo hacemos a los 10 minutos. El resto es insistir en algo sabido.
En cierto momento entenderemos de modo radical la postura de Jerry: la bebé Candy. Eso le marcó y le traumatizó para toda la vida.
Nick Offerman está muy bien en su papel camaleónico. Aparecen por ahí Dennis Quaid y Martha Plimpton.
La cuesta abajo, la creciente cabezonería, el odio, sólo pueden desembocar de una manera trágica. Uno de esos tiroteos demenciales y sin control de la América enloquecida. Una historia cruda, desgarradora, a la que le sobra la mitad de su metraje.

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