14/7/25

Matabot. Temporada 1

-La realidad es que yo era una entidad completa y confundida.
Matabot es un robot que adquiere conciencia propia. Sabiendo lo que sabe de los humanos decide hacerse el tonto y seguirles la corriente. Le asignan a una misión en un planeta para proteger a unos científicos. Ellos la pifian continuamente y él tiene que interrumpir su afición: ver un culebrón espacial tipo Star Trek.
No he leído los libros pero me voy a poner a ello de inmediato. Al parecer la escritora ha recibido elogios y parabienes por la representación de personajes, lo woke y todas esas cosas. No he leído los libros pero lo que se ve en la serie es puro sarcasmo. Si alguien no ve la ironía corrosiva con que trata a la “trieja” y la variedad racial forzada es que tiene que hacérselo mirar.
Matabot (Alexander Skarsgard) es el único normal y se burla de continuo de esa pandilla de idiotas. Pero sobre todo confronta deseos y realidad. Ellos se ven a sí mismo como inteligentes, guays, geniales y la realidad es lo opuesto.
Lo mejor de la serie es que escuchamos sus pensamientos: ese tonillo condescendiente, cínico. Matabot, como buen robot, es objetivo, certero en sus análisis, realista. Y vive rodeado de majaderos que van con un lirio en la mano, ingenuos, sentimentales. Ojo: eso no resta para que los mire con humanidad, conmovido de su miseria.
Las muertes que comienzan a ocurrir -la realidad- ha venido a sacarles de su atontamiento.
Es muy divertida, tiene sus dosis de acción y tensión. A veces le falla el ritmo pero el conjunto está logrado. Me gusta mucho esa relación de desconfianza entre Matabot y Gurathin. Qué bien la desarrollan.
Capítulos cortísimos. Algunos no llegan a 20 minutos.
El último capítulo es un poco más largo, un poco más oscuro, melancólico. El tono y el lugar cambian por completo y encarrilan la serie a una nueva temporada que espero que llegue cuanto antes.
-A veces vuelven y se cargan al becario que ayudó a fabricarlas.

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