10/7/25

Henry Johnson

Un abogado acude a su jefe para pedirle que contrate en el bufete a un amigo que acaba de salir de la cárcel
En 2007 Mamet escribió un ensayo (Bambi vs. Godzilla) poniendo a caldo a Hollywood y lo redondeó recientemente con Everywhere an Oink Oink. Machacaba a los productores, a lo políticamente correcto, a las políticas DEI, a las cuotas de los Oscar, llamó a los ejecutivos fascistas y mafiosos, se quedó a gusto y garantizó que casi nadie le diera trabajo.
Henry Johnson fue una obra de teatro y posteriormente logró convertirla en película con su dinero y la ayuda de los pocos que no le han cancelado.
El primer acto transcurre en el despacho de abogados. De ahí saltamos a la cárcel. Allí está Shia LaBeouf, un preso con mucha labia, aires de intelectual, presumiendo de filósofo, psicólogo, contador de cuentos infantiles con moralejas para adultos…
Pienso que lo que Mamet muestra es cómo el relativismo moral nos convierte en individuos manipulables. Nos volvemos dúctiles a los mensajes del poder, nos dejamos llevar por frases hechas. Investimos de autoridad a quien dice que la tiene. Y le creemos simplemente porque sí.
El planteamiento de Mamet es: si no tenemos principios, ¿por qué hacemos las cosas? Y la respuesta es el miedo. Muchos tipos de miedo. La soledad, que nos avergüencen, que nos conozcan como somos realmente… Es muy fácil convertir en un pelele a quien tiene miedo.
Henry Johnson es esa marioneta en manos de todos. Es una historia muy triste porque Henry Johnson, a ojos de Mamet, es la sociedad actual: estúpida, crédula, aceptando las promesas imposibles que le hacen. Y, al mismo tiempo, humor, procedente de una ironía soterrada, la risa del que dice: te lo mereces, por imbécil.
Como obra de teatro se sustenta en el guion, puro y duro, y en las buenas interpretaciones.

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