26/11/24

Hechizados

-Nos han flinkeado.
Yo pensaba que los Oscar de animación estaban cubiertos. Pixar tiene a Del revés 2, Dreamworks tiene a Robot salvaje, Illumination su Gru 4, Look Back por si un año les da por ponerse serios de verdad e incluso Flow si les interesa dar la campanada con una película de un país exóticamente novato (que aún no he visto).
Y entonces, a traición, sin avisar, llega Netflix con Hechizados, que no será candidata (es Netflix) pero que está bastante bien.
La princesa Ellian cumple 15 años y tiene un problema bien gordo: lleva un año ocultando a sus súbditos que los reyes se han convertido en monstruos.
A Wicked le achaqué falta de imaginación, algo que le sobra a Hechizados. La grandiosa Vicky Jenson no consigue el altísimo nivel que logró con Shrek, pero aun así demuestra un despliegue de fantasía imponente, plagado de ocurrencias visuales. Un ejemplo comparativo: el tren de Wicked y la carroza de Hechizados. Eso es lo que marca la diferencia entre lo convencional y el esfuerzo por encontrar algo nuevo.
Desde luego, si algo se le da bien a la directora, es romper los esquemas. Uno puede rastrear similitudes con otras películas animadas de otras productoras pero, al igual que en Shrek, están ahí para tomar una nueva dirección. No es paródica ni rupturista, pero sí que sabe salirse de los moldes.
En realidad, si uno contempla la historia desde lo alto, en su conjunto, el concepto se asemeja más a El viaje de Chihiro aunque la ejecución y su resolución, desde luego, sean muy hollywoodenses.
Además es un tema con el que la animación no suele atreverse: las secuelas que dejan en los hijos las disputas parentales. Está muy bien tratado, porque cabe alguna interpretación añadida como el de la adolescente que ve a sus padres como monstruos. La película juega muy bien con ambos planteamientos mientras muestra la maduración de la joven. Que puede, a su vez, convertirse en un monstruo. Que a veces no hay marcha atrás. Que las cosas son complicadas.
Dejaron de mirar lo bueno para mirar sólo lo malo.
Que no sea un final completamente feliz dice mucho de la osadía de Jenson. No es para lo más pequeños, creo yo.

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