El
título le va de perlas. La oscuridad lo abarca todo. Oscuridad a
nivel personal, moral, psicológico, relacional… Todo es muy triste
en esta película. Los protagonistas, ella y él, son muy buenos en
su trabajo, pero como personas dejan bastante que desear. No digamos
el resto.
La
inspectora tiene un trauma del pasado del que no ha logrado salir y
descarga su rabia y frustración en el marido. Su compañero policía,
gay, utiliza a sus amantes sin ningún tipo de reparo. Después están
los inmigrantes, la prostitución, los crímenes. Apenas hay aspectos
positivos en esta historia, apenas hay respiro, apenas esperanza. Los
policías, excepto los protagonistas, son vagos, repelentes, odiosos.
Porque
el final se las trae, ojo. Nada de dar satisfacciones al espectador.
Quizá
me ha llamado más la atención porque dirige Lasse Hallström,
un director conocido, sobre todo por hacer películas… ¿cómo
diríamos? Cursis. Tu mejor amigo, Un viaje de
diez metros, Querido John, Hachiko…
Así que es como si hubiese cursado un máster en desesperación y
cinismo y, con el título en mano, se hubiese lanzado a filmar esta
historia.
No
sé por qué la terminé. Supongo que 6 capítulos me parecieron
tolerables. 8 no los habría visto. En cualquier caso es difícil
sintonizar con ella.
La
fotografía muy bonita, eso sí. Oscura casi siempre también. Las
localizaciones en Islandia no tienen desperdicio.
Espero
que Lena Olin regrese a papeles menos tormentosos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario