Leo
Valdivia, alias Cameron Graves, es escritor. Casi nadie conoce la
conexión entre los dos nombres. Un tal Jota Montalvo aparece de
repente en
la puerta de su aislado chalé. No sólo sabe quién
es Valdivia sino muchas otras cosas.
Pues
me ha parecido una película muy buena. Bien planificada y
fotografiada, con buenos diálogos, con juegos metaliterarios y
metacinematográficos, un elegante manejo de la tensión, giros
adecuados… Y un
puntín macabra.
Diego
Peretti
y José
Coronado
están enormes.
No
voy a entrar a dar detalles porque no quiero desvelar nada. Puedo
decirte que los capítulos, desordenados, van así: Capítulo
III, Prólogo, Capítulo IV, Capítulo II, Capítulo
V y Capítulo I porque para terminar hay que empezar. Ay, no:
volvemos al Capítulo II por una buena razón. Capítulo VI, que
supone un final muy redondo. Y un Epílogo.
Merece
la pena. Es elegante, precisa en sus juegos con los objetos, los
detalles, el planteamiento de lo que es una novela (o película) y
cómo
se juega su salto a la realidad y la metaficción… Un final
perfecto, cumpliendo, como dicen en la peli, con todos los tópicos.
Pero sin que lo parezca, jugando con ellos hábilmente.
Lamento
no haberla visto en el cine porque, aunque hay pocos personajes y
podría ser una obra de teatro, tiene una dirección muy cuidada,
realizada con gusto.
Muy
disfrutable.
No hay comentarios:
Publicar un comentario