Daphna
es la inspectora que investiga la desaparición de Orly Elimelec,
guapa, rica y algo
famosa. Pero Orly no importa a nadie. Nadie la echa de menos, nadie
la busca. Daphna es una poli de principios. La expulsaron de Tel Aviv
y ahora, en una pequeña ciudad como Afula, se busca rápidamente
problemas con su jefa.
Es
una película policíaca que se escapa
de los modos de hacer tradicionales. No es que no haya espectáculo,
es que está dirigida con un tono realista muy próximo al
documental.
Su
inconveniente es obvio: habrá gente que no gustará de ese estilo.
La ventaja es que no hay datos superfluos, conocemos lo que conoce
Daphna, desbrozamos el caso a su ritmo.
Al
mismo tiempo que conocemos la periferia del mundo de Orly vamos
conociendo a la inspectora: por qué la echaron de Tel Aviv, por qué
es como es. Y es una tipa bastante peculiar. Hace lo que sea (lo que
sea) por un pedazo de información. En ese sentido me gusta la
perspicacia de la directora (Maya
Dreifuss)
para los pequeños detalles, desde los lamparones de las camisetas a
la utilización del vestido rojo.
Hay
mucha psicología en la película y Dreifuss
no se preocupa por explicar en exceso las cosas. Si el espectador lo
pilla, bien, si no, es tu problema. Pero, como digo, ya el estilo
dice mucho de su indiferencia por “caer bien”. Yo le agradezco la
confianza en la inteligencia del espectador.
Buena
película pero sólo para que el que quiera una de polis alternativa.
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