1.
No he visto Arcane.
Gran error, lo sé. Pero salta a la vista que el trabajo de animación
que hay detrás es brutal. Desde Hollywood critican a la serie que
costara 250 millones. A eso se le llama hipocresía. Arcane
lo ha invertidos en calidad, en arte. Lo de Los
anillos de poder
y The
Acolyte
sí fue tirar el dinero.
2.
Las películas en imagen real de Lilo
y Stitch,
Cómo
entrenar a tu dragón
o Vaiana
tienen una única razón para existir: ganar dinero. Cualquier
argumentación acerca de valores artísticos o piruetas conceptuales
es mentira. Anímate a no verlas.
3.
La
llegada,
Contact,
Moon,
Solaris,
son estupendas películas de ciencia-ficción de ritmo lento, sin
apenas acción. Hay muchas otras. Y me encantan. Lo de Dune:
La profecía
es otra cosa. Es un petardo, un reciclaje de baratillo. Vistos los
dos primeros capítulos ni siquiera me encuentro con fuerzas para
conceder la cortesía del tercero. O hay secuencias teatrales de
interiores o exteriores digitales. Argumentalmente no se puede ser
más repetitivo. Travis
Fimmel
tiene el mismo papel (igualito) de Raised
by Wolves
y me da pena ver a Emily
Watson
en su propia telenovela de instituto.
1 comentario:
A qué esperas a ver Arcane pues? Me tengo que aplicar el cuento yo también, que no he visto la segunda temporada aun.
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