Un
matrimonio invita a cenar a otro matrimonio. En el último minuto se
acopla Jessica. Durante la cena Jessica hace algo terrible.
El
problema con Jessica se convierte en un problema con los amigos y
después con los vecinos y luego con la ley y con la gente rica y con
conducir un…
Una
película curiosa y, a su manera, arriesgada. Su primer acto es un
drama que deriva en tragedia. A partir de ahí el tono de la película
cambia. Ese cambio en el tono pudo salir muy mal porque hay que
transformar la trama al género de la intriga y la comedia. El guion,
poco a poco, lo consigue. Me ha gustado mucho su habilidad para
combinar todo eso.
A
veces se encuentra a un nivel verdaderamente dramático, con
personajes en situaciones dolorosas, y de repente, sin saber cómo,
casi rozamos la screwball,
la comedia loca. Y te preguntas que por qué te estás riendo con lo
tremendo que es todo.
Una
comedia negrísima con un reparto muy bueno que sabe encarnar
perfectamente la psicología de sus personajes. Alan
Tudyk
y Shirley
Herderson
son el matrimonio que invita, Rufus
Sewell
y Olivia
Williams
los invitados. Indira
Varma
la que da título a la película.
Al
final, claro, queramos o no, todos tenemos un problema con la culpa y
la necesidad de confesión. Entiendo este movimiento en una película
que tiene su carga metafórica pero es el único paso que me parece
un poco apresurado: cómo el personaje de Sarah cambia tan rápido de
opinión. Es sólo un pequeño detalle.
El
conjunto me ha parecido bastante bueno. Una
de esas cenas de amigos que tiene mucho de teatral, una
combinación extraña que logra salir airosa.
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