Rosebud no explicaba al Ciudadano.
Sigue siendo solamente un Individuo.
Eso es lo bueno: es inagotable.
Como ocurre con todo el buen cine.
Como ocurre con la vida.
Crítica y opinión de cine y series.
1.
Han pasado 168 días desde el final de El
señor de los anillos: Los anillos de poder y Amazon aún no ha despedido
a J.D. Payne y Patrick McKay. 2.
Marvel y Dc se encuentran en un tornado de despidos y reproches. Lo sigo lo
mejor que puedo pero no es fácil. La cuestión es que, como es habitual, se
quedan en la periferia, no van el meollo. Están en la parte de "la culpa es de otro". Aún no han llegado a la idea de que
tienen que hacer buenas películas, no montar una churrería. 3.
Pues parece que Expediente X
regresará como serie. Veremos si es continuación, reinició o qué. Pero está
claro que sin David Duchovny y Gillian Anderson. 4.
La película que Wes Anderson rodó en Chinchón ya tiene fecha de estreno:
23 de junio. A ver por dónde nos sale con su Asteroid City.
Las
series de espías con vueltas y revueltas y giros locos y otra vuelta de
tortilla me gustan tanto como a cualquiera. Pero debo repetirlo: tienen que
tener humor. No me las puedes vender como si fuese algo serio. Las
conspiraciones son maravillosas, las recontraconspiraciones lo son aún más si
son divertidas. Y esta serie pretende que nos creamos cosas imposibles sin que
haya puntos de comedia detrás. De
hecho, cuanto más profundizan en el drama de los personajes, cuanto más
siniestros pretenden volverse, más y más inverosímil resulta. Llega un momento
en que es inaceptable todo lo que sucede ahí. Venga a sacarse cosas de la manga
sin un solo chiste. Llega a resultar agotadora en su tontuela gravedad. Dentro
de ese batiburrillo hay unas cuantas buenas secuencias. Persecuciones y peleas
bien rodadas… Bueno, después de John Wick 4 nada va a parecer suficiente. Me gustó especialmente toda la
secuencia de los contenedores. Lo
peor de todo fue esa frase de la Jefa de Gabinete. Una tipa con un control
absoluto pifiándola de esa manera para dar a la trama un giro de 180º. Ahí se ve
la pereza en el guión. No
sé si merece la pena. Depende de cada persona y de su paranoia particular. Yo
soy razonablemente conspiranoico y esto me pareció excesivo, pero si tu escala
está muy arriba, muy dentro de la Casa Blanca, entonces adelante.
La
serie tiene muchas cosas interesantes y planteamientos sugerentes. Ofrece una perspectiva
de lo que tal vez es un asomo a la guerra cibernética que se disputa en la
geopolítica mundial, esa guerra no declarada y permanente. Son
interesantes los dos niveles: el hackeo
y los bots de redes sociales. Son
interesantes las ideas de fondo. Son interesantes las dinámicas de poder.
Noticias falsas, manipulación de la población, convencer a todo el mundo de que
todo es mentira de modo que gana quien mejor miente, crear un problema que no existía
para fingir que lo resuelve uno mismo o para agravarlo por intereses políticos… Muy
interesante. Pero su traslado a lenguaje cinematográfico no siempre funciona.
El drama familiar de la protagonista me sobra casi por completo. Esas
imaginaciones, ese espacio mental en que los personajes se refugian a veces
como fontaneros, no resuelven nada. Son más confusas que aclaratorias. Los
malos son, obviamente, los rusos. Los británicos, tras el Brexit, están hechos
un lío y culpan a esas granjas de bots
rusos, a la manipulación de la población. Sospecho que en primer lugar la culpa
es de uno mismo por crear ciudadanos manipulables y enfrentados entre sí.
Políticos que mienten sistemáticamente y, aún así, se les sigue votando.
Personas que leen sólo aquello que apoya su ideología. Es lo que han
construido, así que no deberían quejarse. Me
ha gustado mucho la cuestión de fondo, me seduce cuando entra a la guerra
cibernética en sí. Pero los personajes no me han enganchado. Sus historias me
han sonado a falsas o a cliché o me parecen innecesarias. Poca personalidad y
carisma. Todo eso se traduce en arritmia. Curiosamente
son dos secundarios los más atractivos: Mark Rylance, siempre solvente,
y Simon Pegg en uno de sus raros papeles serios.
Sea
cual sea el planeta en el que vive Sony no es el mismo en que vivo yo. Esta
película está completamente desfasada. No sé qué le ocurrió a Adam Driver
para pensar que era una buena opción. No
tengo nada en contra del concepto de naves espaciales y dinosaurios. Leches:
tengo todo a favor. Por eso me fui a por ella de cabeza. ¡Naves espaciales y
dinosaurios! ¡Pipas, chicles, palomitas! Pero
han elegido la peor manera de desarrollarla: pensaron que un drama paterno-filial
estaría bien. Aquí
sólo había una opción: aventura pura y dura, momentos de acción, momentos de
tensión, momentos divertidos y descacharrantes. Eso es todo. Lo que hay, lo que
vemos, suena a viejuno, a casposo, a historia trasnochada de los 70. Y con
ínfulas. Ya
no entro a que los guionistas vivan anclados en el pasado o a que el productor
ni se huela por dónde van los tiros en la actualidad. Pero ese montaje, esas
“ideas” de fogonazos en flashback,
son preocupantes. No
es mala. Es, simplemente, que la existencia de este tipo de productos no tiene
sentido en 2023. Pudo tenerlo cuando se hizo El planeta de los simios. Ahora lo ves con cara estupefacta por
la incredulidad.
Dos
cosas no me gustaron. Primero
el Marqués. ¿Por qué dar los poderes de la Mesa a alguien que es un cobarde? O
igual es que el actor no logra otorgarle el carisma que merece un verdadero
villano. Es un personaje que intenta dar miedo sin darlo de verdad. Segundo
la duración. La trama es la de siempre, y no debieron buscar grandes
desarrollos. A veces logran generar la creciente tensión que buscaban, pero
otras no. Si te vas a las casi tres horas de metraje hay que amarrar bien esa
clase de cosas. Lo
demás es un espectáculo. La violencia convertida en una danza. La
acción, sí, es un prodigio. Escenarios, fotografía, vestuario, banda sonora…
Todo mimado al milímetro. Y coreografías. Unas coreografías de lucha
imponentes. La secuencia del Arco de Triunfo, entre el tráfico, hace que te
preguntes: ¿cómo es posible rodar algo así? ¿Cuántas docenas de especialistas
murieron? Me
gustó mucho la sombra del ventilador sobre la mesa de juego, como cuchillas
sobre la cabeza de los jugadores. Desde luego, también, el travelling cenital más largo que he visto en mi vida. El Joker se creyó muy listo por bajar
bailando unas escaleras. Pues mira lo que hacen con las de Montmartre. Además
hay elementos muy simpáticos. Esos homenajes a Zatoichi, a las películas de samuráis, a los duelos del Oeste.
Y así se amplían las posibilidades armamentísticas. Bien.
John Wick 4 es el cierre. O
eso quieren que creamos. Desde luego está bien parar por un tiempo, creo yo.
Con la tetralogía logran el gran nivel que se veía venir, además de construir una
mitología: el Continental, la Mesa, las Bailarinas, las monedas, las reglas… De
ahí saldrán nuevas ideas. Ya está una Bailarina y una serie del Continental en
marcha. Aquí
esperaremos a los asesinos que nos vayan enviando.
1.
Han pasado 161 días desde el final de El
señor de los anillos: Los anillos de poder y Amazon aún no ha despedido
a J.D. Payne y Patrick McKay. 2.
No soy muy de obituarios pero ha fallecido Lance Reddick con 60 años. Lo
tuvimos en John Wick, El ala oeste de la Casa Blanca, The Wire, Fringe, Lost, Bosch… El tipo inexpresivo más
expresivo del mundo. 3.
¡Shazam! se ha estrellado a lo
grande. 65 millones a nivel mundial. 600.000 euros en España. A ver si Marvel y
Dc van entendiendo poco a poco el mensaje que todos entendemos desde hace
tiempo. 4.
El primer montaje de Avatar 3
dura 9 horas. Así que ahora Disney tiene que elegir si convertir en serie lo
que está pensado para verse en pantalla grande o estrenarla en pantalla grande
con grandes recortes. Y ya sabes con qué partes se van a quedar. O las dos
cosas. Primero peli y luego metraje extendido en serie.
-De
momento me ha dado por llamarlos los Yrr. Un
grupo de científicos, por todo el planeta, comienza a detectar comportamientos
extraños en la fauna marina. En poco tiempo las cosas se ponen muy serias y
previsiblemente irán a peor a una escala exponencial. La
serie tiene evidentes relaciones con La plataforma. Veo que ninguna de las dos está muy bien valorada. Pero a
mí ambas me han gustado bastante, especialmente ésta. El
punto principal de conexión es que el misterio viene del mar. La principal
diferencia es que en El quinto día
hay una cantidad enorme de escenarios. La
serie es alemana. No tienen miedo a los idiomas. Está Alexander Karim de
Suecia, Barbara Sukowa y Leonie Benesch de Alemania, Cécile de
France de Francia, Joshua Odjick de Canadá, Krista Kosonen de
Finlandia, Takehiro Hira de Japón… El inglés es vehicular pero hay
diálogos en todos esos idiomas. Y alguno más. Eso le da un plus muy
interesante. Al menos para mí. A diferencia de Un mundo desafiante de la que hablé ayer, no dan sermones,
hacen cine, y tiene esa vuelta hacia la ciencia-ficción que a mí me gana por
completo. Hay
muchísimos personajes. Ése me ha parecido su punto más débil. En el tercer
capítulo todavía nos están presentando personajes relevantes. No se hace
confusa pero apenas puede profundizar en ellos de modo que, algunos, están
reducidos a estereotipos. Mi favorito es Leon Anawak, el cetólogo canadiense. Creo
que no gusta al público general porque no hay mucha acción o porque no
sorprenden con un giro radicalmente nuevo. Pero yo me encuentro cómodo en esa suave
tensión, en los pequeños descubrimientos, en los trabajos de laboratorio, en el
modo en que los personajes van conectando. Además sí hay algunas secuencias
espectaculares: la ballena, los cangrejos, el tsunami… La piscina. Han
renovado La plataforma para
una segunda temporada. Espero que hagan lo mismo con El quinto día. Por
cierto: el título alemán y el inglés era Enjambre
y no veo la razón de cambiarlo a peor.
Probablemente
la mayor vulgaridad proselitista de lo políticamente correcto que he visto en
mi vida, instalada confortablemente en el dogma de lo negativo. El
mecanismo es el de siempre. Ante un hecho se selecciona sólo su peor aspecto.
Es el tipo de gente que, cuando se inventó el fuego, centraron su atención
sobre lo dañino. Se restringieron mentalmente y entorpecieron a los demás. Más
allá de la moralizante ideología, la serie es un petardo narrativo. Farragosa, pesada,
repetitiva, mal montada, escasamente cinematográfica. Sólo dos momentos se
convirtieron en cine: la morsa y Cantando
bajo la lluvia. Lo demás es cháchara sin depurar, ideología sin
destilar, guión sin estructurar. Con
tres capítulos ya tuve demasiado. Qué horror. Mañana
hablaré de una serie ecologista que sí
merece la pena: El quinto día.
Encantadora. Tamaki
llega a la universidad con un objetivo claro: echarse novio. Provoca
involuntariamente la rotura de un planeador pero cree que debe hacer algo para
ayudar en su reparación. Es así como queda fascinada por el vuelo sin motor. Se
queda lejos de las animaciones de Miyazaki o de Hosoda. La
profundidad en los personajes no va muy allá y enseguida conocemos su
psicología. La animación es correcta sin más, nada espectacular y con algunos
toques televisivos, como en esas secuencias caricaturescas. Pese
a ello es una delicia. Tamaki es tierna, amable, un poquito alocada. Su
personalidad lo es todo en la película. Con su bondad y optimismo atrae a la
gente y al espectador. Te envuelve con su irreflexiva generosidad. Los
conflictos dramáticos están un poquito forzados y sabes qué todo acabará bien,
pero la ligereza juega a su favor. En este sentido está mejor tratado el
aspecto del romance. No incide directamente en ello, pero la presencia de esos
dos chicos que rondan alrededor de Tamaki mantiene el suspense. Las
escenas de vuelo no tienen la fuerza de Porco
Rosso o El viento se levanta
pero son suficientemente atractivas y reflejan bien la fascinación de la
protagonista que se revela poseedora de un don intuitivo especial para
encontrar las corrientes térmicas que la hagan volar. Fácil
de ver, con sus rarezas japonesas, te deja con una permanente sonrisa en la
boca.
Cine
indio en su más pura esencia. Con eso queda todo dicho. Naatu, Naatu, canción que se ha
consagrado al llevarse el Oscar, significa Baila, baila y yo lo que entendía era Nacho, Nacho. Lo ves en la película y, para una mentalidad
occidental, resulta forzadísima. Una especie de duelo a lo West Side Story entre los Sharks y
los Jets, pero con indios frente a británicos. Cuando acaba la canción sigue la
trama como si ahí no hubiera pasado nada. La
peli (185 minutos) arranca con una pelea de un tipo contra una multitud. Una
barbaridad que, innegablemente, está muy bien planificada. Esa cámara bajo el
montonín de gente está muy bien. Después tenemos la lucha de un hombre contra
un tigre y más acontecimientos realistas por el estilo. Es
grandilocuente a más no poder. En una fiesta que organizan los británicos se
lía algo gordísimo que es digno de verse. O no. Exageradamente esteticista,
abusando de cámara lenta, de cámara rápida, de acrobacias aéreas… Hay
cosas como la trama romántica muy mal desarrollada, pero está ahí porque tiene
que estar. Porque es cine indio. El
Imperio británico domina abusivamente. Una inglesa caprichosa se lleva a una
niña para su casa a cambio de un par de monedas. En el pueblo mandan a un tipo
para rescatarla. Un tipo que es el no va más. Salvo porque hay un indio traidor
en el bando inglés, empeñado en ser oficial especial, que también es el no va
más. Yo
en lo que pensaba era que a los indios les das el presupuesto de una peli de
Marvel y te hacen algo inolvidable. No sé si para bien o para mal. Pero
inolvidable. Por
supuesto ya está en marcha RRR 2.
1.
Han pasado 154 días desde el final de El
señor de los anillos: Los anillos de poder y Amazon aún no ha despedido
a J.D. Payne y Patrick McKay. 2.
Pues qué aburridos los Oscar. No quitaron el Oscar a nadie en directo, no
pegaron al presentador, el presentador no pisó callos… Nada de lo que el 12%
del público añadido pedía. El año que viene no sé qué van a proponer para
conservar la audiencia. 3.
Cada avance que sale de La sirenita
es un horror mayor. 4.
Una monja llamada Simone debe enfrentarse a una Inteligencia Artificial que
quiere destruir el mundo. ¿Cómo te has quedado? La serie Mrs. Davis se estrenará el 20 de
abril y Betty Gilpin es la encargada de llevar los hábitos. ¿Será el
siguiente éxito de Peacock tras Poker Face o uno de esos cócteles desastrosos? 5.
Aunque parece que en el mundo sólo hay malas noticias, si buscas un poco, siempre encuentras una que te produce alegría: Willow ha sido cancelada.
Pueblecito
alemán. El médico rural muere en extrañas circunstancias el día en que se
jubila. A partir de ahí las muertes se suceden y Tanja, la joven agente de
policía, es la única que quiere saber la verdad. El resto del pueblo prefiere
olvidar lo que ocurrió 20 años atrás. Son
8 capítulos de media hora. Su duración, unida a ciertos toques cómicos, a
ciertas concatenaciones de hechos y a la interpretación de la protagonista,
manteniendo charlas con el médico fallecido, apunta por momentos a una comedia
policiaca. Pero tiene una extraña habilidad para, al mismo tiempo, sumergirnos
en un drama que va muy en serio. Ambos géneros se van entrelazando de un modo sorprendente.
Porque las cosas no ocurren como en el cine americano. La vida es caótica, imprevisible,
la gente reacciona de modos inesperados, hace cosas estúpidas, ridículas. Descoloca
con sus mezclas y la hace imprevisible. Incluso la banda sonora es un cóctel
que va de Janis Joplin a Carmina
Burana. Realmente
me ha sorprendido la interpretación que hace Lou Strenger de Tanja. Es
un personaje con un carácter muy peculiar, difícil de analizar. Parece fría sin
serlo, mete la pata a lo grande pero es inteligente, parece torpe pero su
perseverancia es irrenunciable… Sí, parece una poli paleta que no se entera de
nada, pero va hilvanando prueba tras prueba. Otra
cosa interesante es que jamás te pones de parte de nadie. No puedes aceptar lo
que hace el vengador, pero tampoco lo que hicieron las víctimas. Todo el mundo
desata su ira en una escalada imparable. Tiene
sus rarezas que algunos, tal vez, no acepten pero es una serie bastante buena.
Hay
que reconocer que la franquicia sigue en forma. Y no es habitual después de 6
películas. El año pasado, un poco pretenciosos, nos ofrecieron Scream a secas, como un reinicio, un
relanzamiento. No lo llamaron precuela ni secuela sino recuela. Y este año han
reconocido que no cuela y ya es Scream
VI, aceptando que la 5 es 5. Sigue
en forma pero hay algo que falla: el humor. Poco a poco la historia va girando
hacia el slasher puro y duro. Siento
que van traicionando el espíritu de la serie progresivamente. Además, los
elementos metacinematográficos, se van diluyendo: menos ingenio y más
verborrea. Demasiado análisis, demasiada cháchara. A veces se me hizo un poco
pesada. De los elementos esenciales de la saga ya casi sólo queda la violencia,
las lluvias de puñaladas que casi nunca son suficientes. Tengo
que mencionar de nuevo Scream 4,
mi favorita y con un comienzo que me parece que ninguna otra ha logrado. Allí
estaban todos los elementos muy equilibrados. En
cualquier caso la película tiene bastantes cosas buenas. La secuencia del metro
es una maravilla de tensión. Los personajes desarrollan una lógica en sus
acciones, no son atolondrados. Las hermanas Carpenter (Melissa Barrera y
Jenna Ortega) forman un buen dúo y recuperan a Hayden Panettiere.
Y, bueno, Courtney Cox ha recibido tantas puñaladas en las 6 películas y
los 27 años que no debe tener un centímetro de piel sin cicatriz. Me
parece una película demasiado atada a esquemas que saben que funcionan, pero
funciona.
Consideré
adentrarme en esta crítica con pies sigilosos para no pisar el cordyceps. Pero
he descubierto que hasta la más leve disensión con el dogma (¡es una serie
buenísima!) se contempla como un ataque herético. Así que, como voy a molestar,
a saco. El
primer capítulo no me gustó. Me pareció tópico, sorprendentemente convencional.
Y lo vi con atención para ver por qué tanta gente lo ponía por las nubes. Pero
yo no vi más que una sucesión de clichés. Chica sola en la casa, familia que
llega al rescate, fuga en coche, avión que cae a la vista de los protagonistas,
militar poco dado al diálogo… Lista de la compra completa. Hemos visto mil
apocalipsis y éste era un compendio de todos ellos. Ni siquiera tuvo la
habilidad de Ruido de fondo para
rodar el caos de las masas. Y
luego vino el dos (la revelación de la chica, sensiblemente inferior y menos
imaginativa que Melanie. The Girl With All the Gifts) y el tres (que no tendría relevancia alguna de no ser
por la polémica) y los otros que en ningún momento alcanzan el ritmo o el drama
de Train to Busan. ¿Bien
rodada? Sí. ¿Genialmente rodada? No. ¿Escenarios apabullantes? Están bien pero
los hemos visto semejantes y mejores. ¿Drama? Lo normal. También los hay
mejores. ¿Alardes de planificación? Más bien no. Lejísimos de Black Summer. ¿Guión férreo?
Normalito, con sus baches. La
cosa es que jamás sentí la urgencia de ver un nuevo capítulo (hoy era obligatorio hacerlo). Normalmente lo
veía dos o tres días después. Jamás llegué a implicarme en serio con los
personajes. Me habría interesado Anna Torv pero se la cargan a las
primeras de cambio, lo cual me parece un gigantesco error. Se habla más de cómo
muere que de su muerte en sí. Y si no te sacude la muerte de Anna Torv,
¿a qué estamos jugando? No
digo que sea mala pero ni es una obra maestra ni veo ningún aporte al género
zombi. Una de tantas. Entiendo que pueda gustar, que los que jugaron al
videojuego estén encantados. Pero no veo (ni leo) argumentos estrictamente
cinematográficos. Casi todos son emocionales. O "es igual que en el videojuego". Y eso sirve para el me gusta pero no para la calidad.
Si
te gustó la serie Luther tanto
como a mí ya sabes que pondré un pero. La
película está bastante bien. Tiene un ritmo excelente, peleas brutales en la
cárcel, escenarios de asesinatos muy macabros, imaginación para la composición
de escenas y un villano magistral a cargo de Andy Serkis. Qué
secuencia tan espeluznante, tan potente, la de Picadilly Circus. La
dirección es bastante buena. Bien planificada y editada. El guión es
razonablemente bueno y los intérpretes lo mejoran. A
la hora y pico de metraje aparece un nuevo personaje, la hija de la inspectora
y ya sabes lo que va a pasar. Es una pena haber caído en ese topicazo pero, por
suerte, es lo que da pie para que se encuentre Idris Elba y Cynthia
Erivo. Tampoco me parecía necesario que entraran al terreno Saw. Ya está un poco pasado. Pero.
Aquí viene el pero. Pero no está Ruth Wilson. Y Luther sin Alice Morgan no es Luther. Es otra cosa. Es otro detective, otro nombre. Pese
a todo es una película con bastantes virtudes, superior a la media de tramas
policiacas que nos suelen ofrecer. Hay momentos fuertes, momentos originales,
momentos que logran impactarte por lo retorcido. Puliendo
algunas cosas tiene cuerda para rato. En formato serie o más películas.
AVISO
IMPORTANTE: no confundas esta serie con la peli malilla del mismo título de Russell
Crowe. ¿Ya
he dicho que me fascina la voz de Natasha Lyonne? La
protagonista tiene un don: detecta las mentiras. Alguien dice algo y,
automáticamente, sabe si es verdad o mentira. Infalible. La razón de por qué
siempre está en movimiento, huyendo, se originará en el primer capítulo. En los
siguientes capítulos irá resolviendo crímenes gracias a su don. Camioneras,
lugares de barbacoas, grupos de rock moribundos, residencias de ancianos…
Gentes variopintas, singulares, extravagantes (mis preferidas son las Fletcher
del 1x05) donde ella se mueve con desparpajo. Mi escena favorita está en el
1x09. En
la estructura de cada capítulo Rian Johnson se lo toma con pachorra y
deja que buena parte del capítulo transcurra con nuestra actriz principal
fuera de escena. Ocurrirá el asesinato, hacemos un flashback y veremos que ella ha estado por ahí trabajando en
cualquier chapuza temporal. Si
Rian Johnson nos dejó en Puñales
por la espalda a una chica que vomitaba si mentía, aquí nos deja a otra
que también tiene su magia con las mentiras. Hay toquecillos que me gustan
mucho, como el sabor de madera que desencadena música. No deja de ser un Colombo postmoderno, crímenes
perfectos que no se resolverían de no ser por el don de Charlie Cale. Una buena serie que prueba que hay hueco para las procedimentales si se pone un poco de
imaginación y un poco de trabajo para rodar bien. Y
los actores invitados son un lujo. Adrien Brody, Simon Helberg, Ellen
Barkin, Chloë Sevigny, Joseph Gordon Lewitt, Nick Nolte,
Ron Perlman, Tim Blake Nelson, Luis Guzman, Clea DuVall,
Jameela Jamil… Quiero
más de esto. Y he comprobado que me lo van a dar.
1.
Han pasado 147 días desde el final de El
señor de los anillos: Los anillos de poder y Amazon aún no ha despedido
a J.D. Payne y Patrick McKay. 2.
Mentiras arriesgadas estuvo
bien en su momento. Alguien pensó que una serie podía estar bien ahora. El primer
episodio de True Lies me
gustó. ¿Y ahora qué? Como película funcionó pero sospecho que una serie no
aguantará, se volverá repetitiva. Operación semanal y trolas con los niños.
Además la comedia no es especialmente ocurrente. No sé yo. Le daré un capítulo
más de margen. 3.
Perry Mason 2x01. En esta
temporada ya es abogado pero sigo sin ver a mi Perry Mason por ningún
sitio. Ni el protagonista ni los secundarios ni el ritmo incesante ni la
intriga… No se parece en nada (en nada) a las novelas. Aquí lo dejo. Hasta
otra. 4.
Los movimientos de las plataformas son rarísimos. Daredevil parecía muerto pero resulta que vuelve con Daredevil: Born Again. También
parecían muertas las temporadas de 18 capítulos (sí, está bien escrito) y esos
tendrá. Otra apuesta más por el regreso a la antigua televisión. ¿Qué está
pasando? 5.
Amazon ya tiene, justo detrás de El
Señor de los Anillos, su segunda serie más cara: Citadel. Ciencia-ficción y espías.
Con Stanley Tucci, Richard Madden y Priyanka Chopra.
Estreno el 28 de abril.
-Cuando
una chica así te roba el sombrero sale más barato comprarse otro. La
película trata sobre un funcionario. Así que es lenta, aburrida, perezosa.
Deliberadamente. Un tipo que ha pasado 40 años de su vida procrastinando,
sumido en una rutina lacónica. Es
una película extraña. Empecemos por su mensaje. Parece que la redención le
llega porque, en los últimos días de su vida, decide sacar adelante un
expediente. Uno. Y yo digo: ¿y los miles de personas a los que has fastidiado
durante 40 años? A mí me parece un mensaje muy negativo. Que ya bastante poco
trabajan como para que les digan que sólo es necesario sacar un expediente
adelante para salvarse. En
su forma también es extraña. No es la típica película en la que una persona
decide aprovechar los últimos momentos de su vida. No. Sigue siendo un hombre
lento, aburrido, perezoso. Su encuentro con un bohemio y con una exempleada
parecen intentos de averiguar cómo se vive, pero sin lograr gran cosa. Luego
viene una elipsis que de inmediato veremos en flashback a través de los
comentarios de otros funcionarios. Un mensaje moral que, obviamente, será
olvidado lo más rápidamente posible. Me
ha gustado discretamente en su aspecto formal. No me parece que logre ninguno
de sus objetivos. Quiero decir que existen películas en las que no pasa nada pero
que te están hablando de todo. Ésta no es una de ellas. No la recomiendo para
aquellos que tienen asuntos serios pendientes con funcionarios. Puede ser
bastante enervante.
-Todos
hemos provocado demasiado sufrimiento. Aquí
está la peli que inauguró el primer lío de los Oscar 2023 (no será el último)
al ser nominada mediante procedimientos convencionales, no mediante
aportaciones monetarias. Y
Andrea Riseborough merece estar ahí bajo cualquier circunstancia. Su
interpretación es acongojante, te pone los pelos de punta, te sacude. La
peli no pierde el tiempo. Primera escena: Leslie gana 190.000 dólares en la lotería.
En la siguiente escena han pasado 6 años, se ha fundido el dinero en alcohol,
ha tocado fondo y es una mendiga. Entramos en el drama a lo bestia, sin aviso. La
película intenta que entendamos lo que es vivir en una perpetua adicción y un
perpetuo arrepentimiento, la coexistencia de ambas cosas. Robar a su propio
hijo arrepintiéndose mientras lo hace, bebiendo sin querer hacerlo, mintiendo
deseando no tener que hacerlo. Arranques de depresión, de ira, de frustración…
Desinhibición y miedo. El convencimiento de que es una mierda de persona. Las
cogorzas que agarra y las consecuencias. Tiene
momentos fuertes, tiene esos duelos verbales con Allison Janney y tiene
también su esperanza. Redención, eso que se echa muchas veces de menos en los
dramones que nos han ofrecido últimamente. Un hombre (Marc Maron) se
apiada de ella y la contrata para que limpie en un motel. Qué personaje tan
logrado. Qué interesante el modo de ofrecerle trabajo sin humillarla. Sí.
Hay muchos dramas similares, hemos visto muchas veces historias semejantes.
Pero supera la media por esa brutal interpretación de la actriz principal. Te
engancha desde el primer momento y no puedes separar los ojos de su físico
demacrado, de su ruina moral. Para luego elevarse.
1.
Han pasado 140 días desde el final de El
señor de los anillos: Los anillos de poder y Amazon aún no ha despedido
a J.D. Payne y Patrick McKay. 2.
Bien por Momias. 1,42 millones
en su estreno. Primer puesto. Porque Quantumanía,
en su segunda semana, sólo logra un millón. Ojo a Marvel que este año puede ser
una ruina. 3.
Jon Favreau estuvo por Madrid. Ya sabíamos que le gusta la comida. Pero
ha quedado encantado con los huevos rotos, las gambas al ajillo y el jamón
ibérico. Dice que tiene que volver para probar más cosas. 4.
Y ya. No más noticias. El mundo del cine está dormido a la espera de los Oscar.
Aunque
nunca hayan gozado del mismo prestigio que los nordic noir, Australia nos ha dejado series policiacas que están al
mismo nivel de las mejores escandinavas. Cada una con su estilo y personalidad
han sabido ofrecer giros originales al género. The Tourist, Jack Irish o Mistery Road son de gran altura. Black Snow no es tan buena como las anteriores. La
investigación es más convencional. Pero incluso así tiene elementos de gran interés. Se
abre la cápsula del tiempo que los alumnos del colegio enterraron hace 25 años.
Y cuando leen lo que escribió Isabel Baker se reabre la investigación de su
asesinato. El detective James Cormack se traslada hasta allí. Lo
más interesante es cómo vamos descubriendo las relaciones de los personajes de
ese pueblo. Una comunidad en la que todo el mundo se conoce y donde las
conexiones entre todos hacen difícil averiguar la verdad. La
cuestión de los indígenas, como en muchas otras series australianas, está muy
presente. Isabel Baker era una indígena muy bien integrada en el mundo moderno.
Pero suele ocurrir que la economía, la clase, es más selectiva que la raza.
Cormack descubrirá que la muerte de Isabel se relaciona con otros asuntos más
profundos. Travis Fimmel hace un buen papel con
su detective. Una apariencia campechana, una repentina contundencia y
seguridad, un trauma personal que arrastra desde hace mucho, un hombre que sabe
ver a las personas aunque todo el mundo le mienta. 6
capítulos. Aunque no esté entre las mejores merece la pena.