26/3/23

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Sea cual sea el planeta en el que vive Sony no es el mismo en que vivo yo.
Esta película está completamente desfasada. No sé qué le ocurrió a Adam Driver para pensar que era una buena opción.
No tengo nada en contra del concepto de naves espaciales y dinosaurios. Leches: tengo todo a favor. Por eso me fui a por ella de cabeza. ¡Naves espaciales y dinosaurios! ¡Pipas, chicles, palomitas!
Pero han elegido la peor manera de desarrollarla: pensaron que un drama paterno-filial estaría bien.
Aquí sólo había una opción: aventura pura y dura, momentos de acción, momentos de tensión, momentos divertidos y descacharrantes. Eso es todo. Lo que hay, lo que vemos, suena a viejuno, a casposo, a historia trasnochada de los 70. Y con ínfulas.
Ya no entro a que los guionistas vivan anclados en el pasado o a que el productor ni se huela por dónde van los tiros en la actualidad. Pero ese montaje, esas “ideas” de fogonazos en flashback, son preocupantes.
No es mala. Es, simplemente, que la existencia de este tipo de productos no tiene sentido en 2023. Pudo tenerlo cuando se hizo El planeta de los simios. Ahora lo ves con cara estupefacta por la incredulidad.

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