10/11/22

El cuarto pasajero

No sé si es que hay demasiadas ideas recicladas de
Con quién viajas o si es que el género de coche compartido está prácticamente agotado desde sus inicios. Como si ya se hubiese contado todo lo que había que contar.
Álex de la Iglesia tiene más medios, eso sí. Es una película más vistosa. Pero Con quién viajas estaba mucho mejor cerrada, mejor terminada.
El meollo de la trama, el motivo por el que el director se enfrenta a este reto está en la última media hora. Una secuencia en un atasco a la entrada de Madrid que pudo y debió explotarse mejor. Sospecho que él mismo es consciente. Hay material e ideas para desarrollar mejor las cosas. Pero por algún motivo, el motivo de siempre en Álex de la Iglesia, es excesivo. Se descontrola. La idea de que más es más. Y en lugar de centrarse en la trama, en cerrarla bien, sigue añadiendo más elementos en esos minutos finales, más personajes que ya no hay tiempo de perfilar, más de todo.
Y eso que se mide mucho en la cuestión de la violencia. Tiene claro que quiere hacer una comedia, no algo terrorífico y en ese punto logra no desmadrarse, pero esa media hora, tan sugerente en principio, tan bien planteada, acaba por agotar. Todos los nuevos personajes añadidos desaparecen sin más y los 4 habituales tampoco tienen un final que satisfaga. De hecho no hay final, termina porque en algún sitio tiene que hacerlo. Excepto el de Ernesto Alterio, que sabemos que es una ratilla, un jeta, que sale de todas.

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