Rosebud no explicaba al Ciudadano.
Sigue siendo solamente un Individuo.
Eso es lo bueno: es inagotable.
Como ocurre con todo el buen cine.
Como ocurre con la vida.
Crítica y opinión de cine y series.
-Demos
a esas brujas un poco de su propia medicina. La semana pasada hablé del remake de Rebeca y hoy tenemos otro remake que no mejora a su predecesora.
Claro que, en esta ocasión, no estamos hablando de un clásico. El
problema de estas brujas no son las brujas, de igual modo que en una películade de espías dirigida por Zemeckis el problema no serían los espías. O
cualquier otro tema dirigido por Zemeckis. Quiero decir que el problema
siempre es Zemeckis. Porque a Zemeckis le interesa una sola cosa:
los efectos especiales. Sí
que hay algunos momentos “terroríficos” pero me parece que infantiliza el
relato en exceso. Es muy colorida y bonita, con una puesta en escena muy de
cuento. Tampoco digo que sea para los más pequeños de la casa, pero a mí me habría
gustado un tono un poco más siniestro. Como
digo el obstáculo principal está en el peso de la técnica sobre el resto de
elementos. No me parece que le haga un favor el histrionismo y la exageración,
desde el acento de Anne Hathaway a los rostros excesivamente deformados.
A partir de mitad de película se trata, más que nada, de una pura virguería de
la cámara siguiendo a los ratoncitos y sus aventuras. Octavia
Spencer
está muy bien.
1.
Hoy estrenan Emma en cines.
Como muchos no se atreven a estrenar en cines, sí lo hacen películas que ya han
sido estrenadas en plataformas. No tienen nada que perder y mucho que ganar. Me
parece una buena idea. 2.
PSOE y Podemos amplían un mayor nivel de censura. Se suponía que la censura era
algo malo y estos señores lo están convirtiendo en algo común. ¿No es la
censura un tipo de odio? 3.
Paul Greengrass dirige a Tom Hanks en Noticias del gran mundo. El arranque suena un poco a Centauros del desierto, pero parece
que los derroteros posteriores serán otros. Un hombre y una niña buscando su
sitio en el mundo.
Un
avión sale de Jordania con destino a la India. Un fallo en el motor obliga a
una parada técnica en Teherán. Un chico y una chica israelíes no están muy
contentos. Hay una tercera israelí, encubierta, verdadera razón de la avería
del motor. Tamar/Zhara/Zhila/Shakira
y a veces Yasamin. Una hacker enviada por el Mossad a Teherán para que piratee
la red eléctrica. La trama de la serie es cómo salir de allí. Una israelí
atrapada en el país más hostil a Israel. Pura
adrenalina. No es una serie al nivel de las grandes series de espías. No es Rubicon ni Oficina de infiltrados. Hay algunas coincidencias, algunas
cosas previsibles, algún giro algo más rocambolesco. Pero la tensión es
implacable desde el primer segundo. Raras veces decae el ritmo. Sólo cuando se
embarulla con el grupo universitario y cuando monta la típica historia
romántica de relleno, pierde algo de fuelle. Por eso el 1x05 es el más flojo,
un capítulo que se relaja en derivaciones inútiles. Me
gusta cómo esa operación, como en tantas ocasiones, se vuelve personal. Porque
somos humanos y tenemos esposa o un padre. Cuando llega a ese punto se cobra
conciencia de lo absurdo del conflicto. Se han cambiado las reglas y lo que
tenía sentido a escala de gobiernos, no lo tiene en la relación entre las
personas. Porque todos amamos y sentimos lo mismo sin importar el bando. El
juego final está muy bien. Espero que la temporada 2 empiece mañana. Mejor esta
tarde. En
Irán ahorcan a los directores de banco por malas prácticas. No digo que haya
que emplear esos métodos, pero seguro que así entienden el mensaje.
-¡Es
ajedrez! Todos somos prima donnas. Una
historia sobre las adicciones. Al alcohol, las drogas, el éxito y la peor de
todas: el ajedrez. Porque la genialidad tiene un precio. Hace
unos 25 años jugué una simultánea contra Judit Polgár. Por aquel
entonces ya no me obsesionaba el ajedrez y había dejado de jugar partidas
mentales. Duré menos que un pokémon a la puerta de un colegio. Es muy sano que
una Gran Maestra te machaque para que se te quiten las tonterías, para que te
señalen la diferencia abismal. Beth
Harmon tiene 9 años y vive en un orfanato. En el sótano conoce al bedel, que le
enseña a jugar al ajedrez. A partir de ahí su obsesión será convertirse en la
mejor jugadora del mundo. A
ver. No es buena serie. No es buena, buena. Porque es un melodrama. Pero es un
melodrama muy bien realizado y contenido. Como Downton Abbey. Que tampoco era buena, buena. Pero es un
maravilloso placer, especialmente si te gusta el ajedrez. Hay
cosas deliciosas. Esa escena, tumbada en la cama, cubierta por la sombra de la
pieza de la reina, ascendiendo, y la corona queda justo en su cabeza.
Fascinante. Y de ahí a un precioso travelling en Las Vegas. Esas partidas
mentales en un bar, en un coche. El montaje del torneo del 1x05. Hay decenas de
buenos momentos de guión o de planificación. Y la ambientación sesentera está
trabajada. Y el carácter de los jugadores y sus manías y sus casas y sus cosas.
Y la música, con cosas como ese gregoriano Ave Maris Stella. Muy
bien la interpretación de Anya Taylor-Joy. La chica tiene tablas (tenía
que hacer el juego de palabras). La
he disfrutado mucho pese a sus defectos (el modo de relatar el tocar fondo,
toques de melodrama un poco excesivos…). 7 capítulos de entre 45 y 60 minutos. -Ahora
abandonas. Es lo elegante.
Netflix
se pone a competir con Disney haciendo lo mismo que hace Disney. Y no me parece
bien porque creo que debería hacerlo mejor. Quiero
decir que Disney ya lleva un siglo haciendo las cosas de una determinada
manera. Netflix no podrá igualarlo en ese terreno. Ni por volumen de producción
ni por el modo de distribución. Netflix debería competir por superación,
mejorando lo que hace Disney. Pero, claro, es mi opinión, qué sabré yo… La
cosa es que la peli cuela como una de Disney. La calidad de la animación es lo
más imponente. Luego tiene a una heroína (china, por supuesto, es lo que se
lleva ahora), es previsible, tiene canciones y da grima. Todo igualito. El
guión no puede ser más convencional. Personajes y situaciones no es que sean
típicos, es que son robados de otras producciones semejantes. Y, mientras lo
ves, dices: esto lo han sacado de aquí y esto de allá. Pero
hay que reconocer que ese mundo de color que crea es de una imaginación
desbordante. Visualmente es portentoso. Cita obligada para los interesados en
la animación. Y
no aburre, la verdad, cosa que no puedo decir de la mayoría de las de Disney.
Aquí el ritmo está muy conseguido.
Falta
un año para que se estrene Dune
de Villeneuve. Es una faena porque estaba prevista para diciembre de
este año. Así que, durante la espera, he vuelto a meterme Dune de David Lynch entre
pecho y espalda. A
estas alturas (la he visto 4 o 5 veces) todos sabemos que es un desastre. Un
metraje de 8 horas que él redujo a 5 y que los productores De Laurentiis
dejaron en los 137 minutos que conocemos. Obviamente
la trama avanza a saltos y la evolución de personajes es una continua sorpresa
(sobre todo desde que los Fremen acogen a Paul y Jessica). Pese
a todo era una peli con sus virtudes. Navegaba en una zona más oscura que Star Wars y, desde luego, incluía
esas imágenes lynchianas oníricas y
surrealistas. Los decorados eran maravillosos. Al menos a mí me gustan mucho.
Sobre todo algunas máquinas ridículas. Además, otra virtud, Lynch
sustituyó como protagonista al que estaba previsto, un tal Tom Cruise,
por Kyle MacLachlan. Lo
peor: a veces Lynch iba muy pasado de vueltas con los Harkonnen y, en
especial, con esa escena de Sting. Lo
mejor: que encierra en su fondo lo que todos anhelamos: ver llover en Arrakis.
-Anoche
soñé que volvía a Manderley… Y
ha sido una pesadilla, oye. Por momentos casi inaguantable. Es cierto que me
acerqué a verla de puntillas, seguro de una inevitable decepción. Pero esto es
algo más que eso. Es un atentado a un clásico del cine. Vestuario
precioso, decorados magníficos, localizaciones estupendas y… nada que aportar.
¿Por qué hacer un remake consciente
de que el resultado será peor y ni siquiera hay algo diferente en el guión? Ni un
giro ni un nuevo enfoque ni una lectura diferente. Nada. Nada de nada. La
química entre Lily James y Armie Hammer es nula. Y Kristin
Scott Thomas es un puro cliché maligno desde el primer segundo. Quiero
decir que todos sabemos que son actores decentes (Kristin Scott Thomas bastante más que decente), pero aquí no pueden hacer
nada por elevar un guión esquemático. No hay ese suspense terrorífico que Hitchcock
imponía de forma implacable. Es una historietita romántica de medio pelo. En
fin. Para qué seguir. Si no has visto la Rebeca
original, no pierdas el tiempo y ve directamente a ella.
1.
Pues ya está: cerró Quibi 6 meses después de nacer. Tenía que pasar. 2.
Y llega Pluto. El 26 de octubre arranca la plataforma gratuita con publicidad.
A mí me parece una idea estupenda pero, como siempre, dependerá del catálogo. 3.
Disney se entrega con los brazos abiertos al mercado chino. Después de Mulán, la siguiente gran animación
será Raya y el último dragón,
ambientada en el sudeste asiático. 4.
The Flight Attendant. Kaley
Cuoco, tras The Bing Bang Theory,
repite con la comedia, pero en un papel muy distinto. Sólo con lo que ofrece el
tráiler parece que sí es capaz de más registros. Supongo que puede funcionar si
logra mantener un ritmo acelerado en sus 8 capítulos.
-¡Estúpidos
patitos! ¡Los estúpidos patitos que habían olvidado! Así que volvió a
encerrarlos en sus jaulas. Los
fantasmas, atrapados por su culpa, sus remordimientos, sus instintos. Atrapados
por sus recuerdos. O lo que queda de ellos. Mike Flannagan vuelve a ejecutar con maestría
una historia de fantasmas que es, en realidad, un drama. Hay buenos personajes,
buenas conversaciones, buenas historias. El drama humano que se repite en el
espacio y en el tiempo, conflictos similares, pasiones semejantes, motivaciones
parecidas. Hombres y mujeres que viven y mueren, que cometen errores y cargan
con la culpa. La vida y la muerte forjadas y entrelazadas con desafortunados
tropiezos. Me
parece muy buena. No sé si tanto como La
maldición de Hill House y tampoco me preocupa establecer categorías.
Quizá su punto débil es que podría haberse simplificado. Pero en general está
muy lograda. Además, visualmente, tiene bastante personalidad y una composición
de planos muy elegante. Hay
redención y tristeza y melancolía y amor y pérdida. Porque las historias de
fantasmas y las de amor son lo mismo. Owen
y Hannah, mis favoritos; una historia de amor imponente. Otra vuelta de tuerca a Otra vuelta de tuerca.
Abe
resolvió más de 200 casos de poca monta siendo adolescente en su pueblo. Ahora
tiene 32 años, es detective privado, sigue en el pueblo y sigue resolviendo
casos de pacotilla. La gente se burla de él a sus espaldas. Incluso sus padres.
Una chica le pide que investigue el asesinato de su novio. Película
extraña, con personajes lánguidos, de esos que parecen alelados. Tiene un humor
muy sarcástico que pivota sobre el personaje perdedor, sus meteduras de pata y
sobre su perseverancia en seguir haciendo lo que hace. Me
ha sorprendido que, pese a ese humor y sus situaciones extravagantes, consiga
conservar el espíritu del cine negro clásico. El detective, la secretaria, la
clienta, colarse en una casa, las esperas, drogas, las personas que le siguen,
las peleas… Pero ninguna de esas cosas ocurre como uno espera. Tienen siempre
un punto ridículo y, a la vez, muy real. En
cualquier caso llegan los últimos minutos y la película pega un giro hacia la
seriedad, a un interesante punto de oscuridad. La resolución bordea lo sórdido
e incluso con algún toque brutal. Adam Brody y Sophie Nélisse
encabezan el reparto y tienen buena química a su extraña manera. Me ha
enganchado por su originalidad.
Soy
uno de los pocos a quien Antidisturbios
le parece un horror. No
sé cuántos críticos a sueldo tiene Movistar+ que, cada serie que saca, se
publicita como la mejor del año. ¿Recuerdas La Unidad? Qué va. Nadie se acuerda ya de ella. Y fue anunciada
con machacona antelación, alabada en exceso durante su emisión y…. despareció
de las conversaciones al día siguiente. Antidisturbios es aún peor. Un
horror, insisto. ¿A qué vienen esos cortes de plano para seguir en el mismo
sitio? ¿Desde cuándo el tono documental se hace así? ¿Tratan de imitar o de
parodiar a Paul Greengrass? Yo
no podía captar la tensión y la ansiedad porque estaba espantado ante ese
desastre de planificación, iluminación, diálogos sin elaborar, montaje
elemental… ¡Qué se han fumado los críticos, por favor! Creo que Movistar+ ha
aprendido los trucos de promoción de The Weinstein Company. Pero el cine y las
series son algo más. Hay
quien alaba la tensión del capítulo inicial. Pues, perdona que te diga pero, si
para fabricar tensión necesitas la mitad de un capítulo es que algo va mal. De
hecho la mayoría de los directores y en la mayoría de las ocasiones emplean la
mitad o un tercio del metraje en contar lo mismo y con idéntica eficacia. Ritmo
también es proporcionalidad en el tiempo que dedicas a contar lo importante y
lo más superfluo. Es
meritoria la tarea de algunos actores. Con diálogos de cromañón a veces incluso
logran insuflar algo de vida a sus personajes. Sí
me parece un error que la policía se meta al debate. Esta serie, pasados los
elogios, desaparecerá de la memoria colectiva tan rápido como la mayoría. Quizá
aún más rápido. Entrar al trapo sólo consigue alargar la vida de algo que ya se
estaba relegando a segundo plano.
Un
meteorito se acerca. Disparan misiles. Éxito. Sin embargo casi todos los
animales mutan. Un año después ha muerto el 95% de los humanos. Los que quedan
se refugian en búnkeres. Empieza una historia De amor y monstruos. Si
Ray Harryhausen viviera, habría querido dirigir esta peli. Me alegra
mucho comprobar que en 2020 hay directores que conservan este espíritu de
aventura, que arriesgan con productos así. No
me convence su arranque pero, a partir del minuto 20, es una gozada. Nuestro torpe
protagonista sale al exterior, comienza la aventura y presenciamos la evolución
del personaje. Del patán al héroe. Y bien contado. No es apabullante en
monstruos, pero los que hay son imaginativos y con enfrentamientos bien
resueltos. No
esperaba mucho de la película y me ha sorprendido con sus formas, tanto lo que
cuenta como el modo de contarlo: el héroe, el viaje, el aprendizaje… Con sus
puntos justos de drama y de comedia y con cierto espíritu ochentero mezclado
con la Odisea. Qué buena
conversación con MAVIS, sentados en el banco. También
me gusta el final, su modo de tratar la cuestión romántica. Muy bien la
interpretación de Dylan O’Brien.
Tom
es un ladrón de guante blanco. Cuando se enamora decide entregarse al FBI
haciendo un trato. Lo
que viene a partir de ahí es tan inverosímil que ni siquiera me siento capaz de
explicarlo porque las reacciones de los personajes no tiene mucha lógica. Pero
es igual. Es la típica peli de Liam Neeson pero un poco peor. La
cosa es que los planes no salen como estaban previstas, el malo no es tan malo,
los buenos no son tan buenos y a Tom no le queda otra que liarla parda. Se
nota para mal que la dirección no es de Jaume Collet-Serra. Carece de la
intensidad y el ritmo que el director español sabía imprimir. Hay alguna escena
bien planificada pero se trata de una serie B sin pretensiones. Los productores
saben que si está Liam Neeson es suficiente y el actor se limita a poner
el piloto automático. Que tampoco le hace falta más, la verdad. También
están en el reparto, cumpliendo sobradamente, Kate Walsh, Jai
Courtney, Jeffrey Donovan y Robert Patrick. Una
policiaca para los que quieren lo de siempre sin complicaciones.
1.
Estoy leyendo A propósito de nada,
la autobiografía de Woody Allen. Con los pocos estrenos cinematográficos
que hay y la tibieza general de las series creo que he escogido un buen
momento. 2.
Poco a poco se dan pasos con Furiosa,
el spin-off/precuela de Mad Max: Furia en la carretera. La
sustituta de Charlize Theron, para interpretarla de joven, es Anya
Taylor-Joy. A ver si la chica está a la altura. 3.
Parece que, tras Wonder Woman,
Patty Jenkins y Gal Gadot, directora y actriz, se encuentran
cómodas trabajando juntas. Así que su siguiente proyecto será una nueva mirada
sobre Cleopatra. 4.
El Cid de Amazon debe estar al
caer. Si nos dejamos guiar por el tráiler es posible que el cine español (una
serie) nos dé, por primera vez, batallas. Batallas de verdad. ¿Te imaginas?
¿Cómo serán?
Sigo
teniendo problemas con The Boys.
No me engancha de forma adictiva que es lo que pasa con la mayoría de los
mortales. Ese cabreo absurdo que hubo en las redes, esa irritación porque no
estrenaron los 8 capítulos de golpe, son cosas que a mí no me pasan. Me pasa
por ejemplo con Teherán. Teherán sí la habría visto de una
tacada. The Boys la veo a trompicones. Vi los capítulos 4 y
5 seguidos porque llevaba dos semanas de retraso. Y luego el 6, 7 y 8 juntos no
tanto porque me gustara sino para no comentarla dentro de un mes. La
cosa es que me fascinan sus idas de la olla, sus burradas (la ballena estará
entre mis escenas favoritas del año), sus momentos barrocos y descerebrados.
Pero la trama me dice muy poco. Más bien nada. Sus locuras son tan demenciales
que miras atónito. Pero ¡cuánto les cuesta construir la historia! Es como El pájaro carpintero*. The Boys fía todo a sus momentos impactantes. Y esos
momentos tienes que dosificarlos. Acumularlos perdería efecto. Cuando la locura
está por encima del argumento mi interés decae. Un
ejemplo. No he podido creerme a Stormfront. Resulta muy cargante lo de tirar de
nazismo para decir que alguien es malo. Cuando da pereza fabricar un malo se
dice que es nazi y asunto arreglado. O situaciones tan burdas como colarse en
la Torre tan fácilmente o, en el capítulo final, solucionar las cosas de modo tan simplón. En
fin, que acepto los disparates porque son disparates. Pero que los personajes y
el argumento sean toscos me cuesta asimilarlo. Lo
mejor lo de Victoria Neuman, que te obliga revisionar la movida de la sala del
juicio. _______________ *Sólo
vi el primer capítulo. Quizá me he perdido algo muy bueno. Ethan Hawke
está magnífico. Pero me parecía que daban más importancia a los chistes que a
los personajes y el relato.
-Si
lo encuentras no lo arrestes. Dispara. Dispara hasta que puedas ver el suelo a
través de su cara. Durante
los primeros 20 minutos pensé que se trataba de hacer una especie de historia tipo
Fargo o, al menos, de ser una
parodia. A los 20 minutos pasa algo que te descoloca por completo y empiezas a
cuestionarte la cordura del director. Comedia
extraña con un sentido del humor muy particular. A veces surrealista, a veces
truculenta, a veces absurda. Los problema de ira de John y sus diputas me
resultaron un poco cargantes, más que nada porque entorpecen el ritmo que, en
general, está bastante conseguido. Desde
luego, lo mejor, es su modo de jugar con el espectador, impidiéndole saber qué
género de película está viendo realmente, con propuestas extrañas tanto en el
planteamiento de la trama como en momentos concretos. Hay
que reconocer que está muy bien rodada, bien planificada, con una preciosa
fotografía de paisajes nevados. Escenas y montaje están pensados. Quiero decir
que puede ser una locura, pero no es chapucera. El director sabía muy bien lo
que quería hacer y cómo contarlo aunque ningún otro humano comparta su mismo
entusiasmo.
Serie
checa. 6 capítulos. Un
pequeño pueblecito detecta lo que puede ser un brote de rabia. Un veterinario
virólogo se acerca hasta allí. También hay dos asesinatos en una cabaña del
bosque. A la policía le gustaría saber si ambos hechos se relacionan. Al
igual que Sever (y muy
distinta a ella) tiene una perspectiva original sobre el género policiaco. Es
una historia muy coral que consigue mostrar una enorme cantidad de personajes.
En realidad te presenta a las gentes de un pueblo, como si fuese costumbrista. Policías,
virólogo, las hermanas Buresova, las del bar, el guardabosques (buen tirador si
está sobrio), los cazadores, el médico, la forense (qué tipa tan curiosa), el
alcalde… Personajes muy humanos, veraces. Muchos de ellos, no sólo la policía,
llevan a cabo sus propias investigaciones. A veces hay momentos de humor muy
simpáticos (los 4 polis tirados en el sofá o en el suelo repasando el caso). Ese
retrato rural tiene sentido porque iremos descubriendo las raíces que se
enterraron en la post-guerra, cuando los pueblos alemanes de los Sudetes fueron
erradicados de uno u otro modo. Rabia.
Eso significa el título checo y es como lo deberían haber traducido al español.
Una buena enfermedad para matar si lo que te mueve es la ira, la sed de
venganza. Funciona como una metáfora, incurable una vez que la adquieres,
letal. Me
ha gustado mucho. Trama bien construida, personajes definidos y pequeños
detalles de planificación que demuestran maña en el lenguaje cinematográfico.
La
película es la prima segunda pobre de La
jungla de cristal, sustituyendo a Bruce Willis por una tía
leñera: Ruby Rose. La
cuestión es que, tras ser la única superviviente en un atentado, Ali está
decaída y acepta ser la portera de un hotel en remodelación. En el hotel sólo
queda la familia de Ali y una pareja de ancianos. Y, de pronto, llega Jean
Reno con un equipo de matones que busca algo. Esperaba
más imaginación de Ryûhei Kitamura, el descerebrado que hizo Azumi, pero lo cierto es que ni las
peleas son muy especiales (sin ser malas), ni la trama evoluciona al ritmo
adecuado. Se estanca en esos diálogos mil veces escuchados. Y ninguno hemos ido
a eso. Eso sí, lo del travelling de 360º alrededor de un tablón no se le ha
olvidado. Muchos
se sorprenden de que Ruby Rose abandonara Batwoman. Y no deberían porque es una de las peores series de
superhéroes que se ha hecho. Veo lógico que la actriz ponga tierra de por
medio, aunque sea para hacer pequeñas cosas como ésta. Porque la película es
flojita pero, a decir verdad, la sargento marine Alexandra Gorski es un buen
personaje que en otras manos y con un guión más sólido, podría convertirse en
una saga. Me parece una oportunidad perdida para lograr una Jack Reacher en clave femenina. Pero
quién sabe. Igual le salen los números en taquilla y…
Los
alienígenas invaden la Tierra. Se convierten en nuestros amos. Hay
colaboracionistas y hay resistencia. Ese
argumento se ha contado decenas de veces. Pero nunca de este modo. En la
película se ven pocos alienígenas. No son más que una alegoría de cualquier
dictadura y se trata, por tanto, de una película de espionaje de aire muy
clásico: un cigarrillo, palomas mensajeras, mensajes en periódicos, un perro
colocado en tal sitio… La
primera parte narra la operación que la resistencia lleva a cabo con el
objetivo de minar, de algún modo, el poder de los opresores. La segunda parte
es la operación del comandante de policía tratando de encontrar a los
insurgentes. No
es una peli para perezosos. Los truquitos de espías no te los cuenta
verbalmente, sino con imágenes. Tampoco te cuentan el plan por anticipado y es
preciso estar atento a la transmisión de mensajes. Es la mejor parte porque
mantiene el suspense con mucha habilidad. John Goodman es un personaje muy
interesante. Una vez vista la peli queda claro que los personajes han sido
meramente esbozados, que tienen mucho más fondo, que el proyecto sería hacer
más películas para seguir profundizando en ese mundo. La cuestión es que, con
tantos personajes, con apuntes rápidos, con ese cierre, da más la sensación de
un capítulo de serie. Como película queda un poco coja. Y
no se puede desaprovechar de esa manera a Vera Farmiga.
1.
No se habla lo suficiente del anuncio del Ministerio de Cultura para
promocionar el cine español. Pienso que difícilmente se puede hacer algo peor
si el objetivo es llegar al gran público. Montaje, música, concepto…
Pretencioso, pedante. Hecho para desanimar. 2.
En esa locura de retrasos cinematográficos, Shazam 2 se va a 2023. También la nueva trilogía de Star Wars que, por tanto, terminará
en ¡2027! 3.
No entiendo por qué muchos confiaban en que Explota explota fuese un éxito. Es una película para un nicho
de población muy concreto con pocas opciones de captar a más gente por buenos
que sean los comentarios. 4.
Clint Eastwood, a sus 90 años, vuelve a ponerse detrás y delante de la
cámara en Cry Macho.
Incombustible.
Su
y Jack deciden irse una semana a una cabaña en el bosque, apagar los móviles y
desconectarse para conectar entre ellos. Por desgracia es también la semana que
han escogido los alienígenas para invadir la Tierra. Es
una comedia que debería tener más gracia. Me recuerda muchas veces a Portlandia por esa crítica al mundo
progre, modernito, ecologista, urbanita. Pero Portlandia funcionaba porque sus gags duraban unos minutos.
Alargarlo hora y media deja muchas conversaciones insustanciales y repetitivas.
Ese desacuerdo sobre lo que deben hacer durante la semana se lleva casi la
mitad de la película. Hay
que reconocerle algunos méritos. En primer lugar que casi nunca cae en los
clichés habituales del género. En segundo lugar el diseño de los alienígenas. Qué
loco. Qué originales. Dentro
de los gags críticos me gustó especialmente lo de la negativa a usar un arma. Sunita
Mani y John Reynolds están acertados al encarnar a esos personajes
tan desubicados, tan lelos y, en el fondo, tan buenas personas. Supongo
que lo que la peli quiere contar es que somos tan cretinos que merecemos
extinguirnos. Y si sobrevivimos es porque una inteligencia superior tiene
misericordia de nuestra idiotez.
-La
satisfacción no alivia a un corazón torturado. Esta
película no merecía ni la mala suerte que tuvo en taquilla ni la tibieza de
tantas críticas. Sólo el hecho de rodar una peli de estilazo tan clásico ya
merece elogios. Cine negro de los 50 con el espíritu de los 50. Edward Norton hace un esfuerzo notable
de interpretación, dirección y guión. Y de puesta en escena y ambientación y
vestuario… Y están Bobby Cannavale, Alec Baldwin, Willem Dafoe,
Bruce Willis, Gugu Mbatha-Raw… El
jefe de la oficina de detectives privados es asesinado. Los 4 socios no saben
por qué ni en qué estaba metido ni qué está sucediendo. Optan por seguir con
sus asuntos, pero Lionel, con su síndrome de Tourette, quiere llegar al fondo. Ahí
se inicia la trama, una investigación que le lleva desde los garitos de jazz
hasta la corrupción urbanística. Una historia que es, tal vez, demasiado
ambiciosa, excesivamente lineal, con pocas sopresas, pero que deja un buen
retrato del Brooklyn de mediados de siglo. El hilo conductor desvela que las
grandes ciudades se han construido sobre actos cafres igual que los ricos se
han construido sobre delitos. Y, a menudo, a la par. Sobre racismo, dinero,
poder, ambición. A
sus 144 minutos, con un ritmo impecable, no les falta ni les sobra un segundo.
Sí le pondría una pega: Edward Norton es demasiado estrella, demasiada
película para sí mismo. Los otros personajes están bien definidos pero tienen
poca cancha.
Serie
checa. 6 capítulos. Lo
primero que hay que destacar es que, con un presupuesto bastante bajo, logran
un producto muy decente y, dentro de lo policiaco, bastante original. Los
primeros capítulos te engañan haciéndote pensar que es procedimental. En
realidad te está poniendo las bases para la trama serializada que vendrá
después. El honrado policía Petr se enfrenta a sus propios compañeros
corruptos, jueces, empresarios y políticos. La serie es la historia de cómo
Petr Svoboda investiga mientras se cierra sobre él la trampa que le han tendido
para arruinarle. Fotografía,
tono y ambientaciones son muy realistas. Ese realismo lleva a un final que, en
los esquemas de Hollywood, sería inconcebible pero que tiene mucho sentido
porque expresa perfectamente el mundo en que vivimos. Hay dos barajas: la de
los que actúan conforme a la ley y los que tienen impunidad para actuar por
encima de ella. Y es imposible ganar con la ley. Por
eso es relevante que sintamos empatía por un asesino que arregla a tiros las
cosas, que detestemos a policías y jueces, que te sepa transmitir la rabia
impotente de la gente honrada, el miedo, el socavamiento de las relaciones
familiares que obliga en ocasiones a un heroísmo sorprendente. Así
que las carencias formales de la película se compensan con una trama atrevida,
que se sale por completo de los esquemas habituales y que se la juega con un
final no feliz a la vez que perfectamente aceptable.
Es
un pequeño viaje psicodélico por Nietzsche y Freud desde la
lámpara de Aladino. Kate
(Olga Kurylenko) y Matt compran una casa. Descubren que hay una
habitación oculta. Pronto se dan cuenta de que cuando pides algo material la
habitación te lo concede. Y, entonces, Kate pide algo que complica todo. Luego
descubriremos nuevas reglas. Algunas tienen su lógica, otras no. A algunas se
llega usando la cabeza, a otras es imposible que se haya llegado a ellas. El
tramo final no tiene ningún sentido. Estando en la habitación podrían pedir
cualquier cosa y, ¿se dedican a carreras y peleas? La
película tiene unas cuantas ideas, puntos de giro interesantes. La cuestión es
que, entre un giro y otro, no pasa absolutamente nada. La película se vuelve
lenta, premiosa, aburrida. Hasta que te despierta otro giro durante otro rato. El
punto de partida y ciertas reflexiones son interesantes, más si se miran desde
la filosofía que desde la ciencia-ficción. Pero lo cierto es que no llega a
ninguna parte cuando el tramo final se decanta por la acción más pedestre y
simplificadora. Visualmente también tiene buenos momentos. El
conjunto carece de fuerza para ser tomada en serio y no se entiende tampoco
como mero entretenimiento.
-Un
androide, un agujero negro y un vaso de leche entran en un bar… Las
guerras de religión entre ateos y mitraicos destruyeron la Tierra. Dos androides
ateos, Madre y Padre, crían a niños en el planeta Kepler-22b. Años después
llega hasta allí una nave de mitraicos. Pero Kepler-22b tiene sorpresas para
todos ellos. Lo
repetiré de nuevo: Ridley Scott es bueno cuando se dedica a la
ciencia-ficción. Es una serie magnífica. Tiene un guión sólido, no ocurren las
cosas que esperas, es imprevisible, tiene un nivel de producción muy bueno y
los personajes están llenos de matices. Champion,
el niño, expresando ese manojo de contradicciones que nos hace humanos. Madre,
tan tierna como terrible y espeluznante. Padre, implacablemente lógico y por
tanto ingenuo. Los infiltrados en los mitraicos. Los conflictos de los niños. La
chica violada. Luego
hay misterios como el de Tally o la profecía del huérfano y cosas inexplicables
que acontecen. La Tierra es una ínfima parte del universo que contiene sólo un
ápice de conocimiento. Esos agujeros… Y
muchos temas sin ponerse didáctica: Dios, alma, muerte, paternidad, conciencia…
Muchos conflictos sobre hacer lo correcto y sobre los errores que cometemos.
Pero sobre todo es una historia sobre el conflicto de la fe. Además
mantiene bien el ritmo y la tensión, equilibrando drama, acción y misterios. Una
de las mejores series del año. El capítulo 1x09 me voló la cabeza. Y el 1x10
fue muy perturbador, con extrañas resonancias del Génesis. Aunque, claro, toda
la serie tiene un aroma veterotestamentario enorme (Éxodo, Levítico, reyes,
profetas…). ¿Es
tan original que, en ocasiones, parece excesiva? Puede ser. Pero prefiero eso a
su contrario. -Este
planeta tiene una historia, Madre. Una historia peligrosa que ignoramos.
Primero:
Roures. Es uno de los tipos más contradictorios que uno pueda conocer.
Está el ya manido hecho de que sea un comunista rico. Pero además se enfrenta a
la izquierda rancia que no sabe por qué critica a Woody Allen y a las feminazis
escocidas que se consideran por encima de la ley y los jueces. Así que me
parece muy bien que invierta su dinero en pelis de Woody Allen. Mejor
que en otras majaderías en las que a veces lo invierte. Segundo:
Woody Allen y Mediapro. Creo que el director no acaba de estar cómodo.
Ninguna de las películas surgidas de esa asociación logra un alto nivel. Y
con todo me parece una peli con numerosos puntos interesantes. Toda esa
cinefilia juguetona plasmada en los sueños de Wallace Shawn habría que
analizarla porque cada pieza aporta el contenido de lo que quiere contar. La
muerte de Kane en Ciudadano Kane,
el sentirse atrapado de El ángel
exterminador de Buñuel, El
séptimo sello… Parecen bromas livianas pero construyen la personalidad
del protagonista. La pedantería externa choca con su humor interior. Humor
intelectual, pero humor. Me
gusta la relación con Elena Anaya. Dos personas que se necesitan, que no
se arreglan mutuamente las heridas, pero que encuentran en el otro un apoyo
para seguir adelante. Carece
de la agudeza de otras ocasiones en sus diálogos pero, aun así, lanza unas
cuantas pullas muy bien tiradas.
1.
Mecachis en la mar. Que se ha estrenado la temporada 4 de Fargo y acabo de enterarme. 2.
Definitivamente abandono Territorio
Lovecraft. Muy buen capítulo inicial. El segundo bueno, pero… El
tercero lo aguanté por aquello de… El cuarto ya me costó horrores. Jordan
Peele ha querido rascar fama con antologías o cosas similares pero me temo
que este señor agotó todo lo que tenía que decir en una película y media. 3.
No sé si tiene sentido hacer El rey
león 2 pero Disney lo va a hacer. Recaudó 1.600 millones en cine, pero
no sé si eso será criterio suficiente en estos momentos. Creo que cambiarán
muchas cosas tras el coronavirus. 4.
Ben Affleck ofreció una entrevista sobre el cine después de la COVID.
Cree que sólo grandes producciones se estrenarán en cines. Las que puedan
recaudar más de medio millón de dólares. No habrá sitio para remakes, dramas o bajo presupuesto. Se
irán a las plataformas. Estoy bastante de acuerdo, pero con matices.
-Esa
mujer ha estado a punto de matarme. Pero lo que de verdad me cabrea es que ha
destrozado mi camioneta. La
droga Hype corre por las calles. Medio mundo la consume. Las ciudades quedan
destruidas. Una chica, con toda la droga que queda, se refugia en la oficina de
veteranos de guerra. Una horda de yonquis va para allá. Si
te gustan las vísceras, la sangre, la hemoglobina a borbotones sin razón
alguna, sólo porque sí, aquí tienes una peli gore bastante decente con regusto
ochentero. Yonquis jovenzuelos contra veteranos vejetes. Y
ya está. No hay mucho más. Pero, ¿sabes qué? Da una idea sobre los veteranos de
guerra más convincente y realista que la mayoría de las películas que han
tratado de abordar el tema. Sus vidas, sus traumas, sus desengaños, su camaradería.
Sus historietas de trinchera. -Da
igual dónde hayas luchado. Si regresas, aquí tienes tu casa. Es
una bobada pero tiene cierto estilo, un ritmo adecuado y una dosificación de
las peleas equilibrada. Demasiada imagen oscura, nocturna, que a veces no
permite ver lo que pasa.