25/10/20

Dune

Falta un año para que se estrene
Dune de Villeneuve. Es una faena porque estaba prevista para diciembre de este año. Así que, durante la espera, he vuelto a meterme Dune de David Lynch entre pecho y espalda.
A estas alturas (la he visto 4 o 5 veces) todos sabemos que es un desastre. Un metraje de 8 horas que él redujo a 5 y que los productores De Laurentiis dejaron en los 137 minutos que conocemos.
Obviamente la trama avanza a saltos y la evolución de personajes es una continua sorpresa (sobre todo desde que los Fremen acogen a Paul y Jessica).
Pese a todo era una peli con sus virtudes. Navegaba en una zona más oscura que Star Wars y, desde luego, incluía esas imágenes lynchianas oníricas y surrealistas. Los decorados eran maravillosos. Al menos a mí me gustan mucho. Sobre todo algunas máquinas ridículas. Además, otra virtud, Lynch sustituyó como protagonista al que estaba previsto, un tal Tom Cruise, por Kyle MacLachlan.
Lo peor: a veces Lynch iba muy pasado de vueltas con los Harkonnen y, en especial, con esa escena de Sting.
Lo mejor: que encierra en su fondo lo que todos anhelamos: ver llover en Arrakis.

No hay comentarios: