La
primera Creed tenía cierto
sentido: seguir con la saga de Rocky
con un mínimo de cordura, buscarle un sucesor a Rocky para que el señor Balboa se convirtiera en entrenador,
dar un cierre a la historia.
Creed II, en mi opinión, no tiene mucho sentido. No
es mala película, tiene una escritura aceptable y se deja ver con buen ritmo.
Pero si lo miramos con objetividad no aporta nada a la filmografía del boxeo,
el rodaje de los combates es rutinario y el final en exceso previsible.
La
película acierta a la hora de conectar con sus seguidores: darles nostalgia a
raudales. Conectar al Apollo Creed y al Ivan Drago del pasado con sus descendientes.
Tomarse la revancha con los hijos. Y, aunque eso sea lo que atraiga, me parece
su principal debilidad. La historia, Stallone, la producción, todo
parece anclado en el pasado. Tal vez deba ser así.
Se
agradece que busque el drama. También tiene sus toques sentimentales pero no se
excede. Brigitte Nielsen carga con la responsabilidad de dar vida al
personaje más desagradable.
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