Cuando
apareció Astérix: La residencia de los dioses consideré que, al fin, habían acertado. Se acabaron las
películas con actores reales que sólo eran entendibles en Francia, se acabó el
utilizar al personaje del cómic como excusa para contar chistes sobre la
actualidad política y cultural gabacha.
Por
eso tenía interés en ver si, un paso más, significaba una mejora más. No es
así, en mi opinión. No está mal, ojo. Es entretenida casi siempre, tiene pocas
caídas de ritmo y sí trata de mantener cierta fidelidad al espíritu original.
Pero creo que han querido mezclar dos cosas: lo que ya hicieron en La residencia de los dioses y esos
chistes de actualidad pop que había en la imagen real. Y no funciona. O no
siempre.
Es
una peli con algunas frases y ocurrencias bastante buenas, con una trama en la
que se nota que se ha trabajado y con habilidad para introducir los elementos
habituales. Pero no pasa de ser correcta, sin más.
Creo
que el principal obstáculo está en su realización, pensada más para un público
francés que para uno internacional. Olvidarse de los chistes y ahondar en el
fondo de la historia (que era una buena idea) le habría venido bien.
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